martes, 8 de enero de 2008

EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS (CAPÌTULO 6)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
ES UNA OBRA DEBIDAMENTE REGISTRADA
COPYRIGHT BY JORGE JIMÈNEZ FLÒREZ


(ANTES DE LEÈR ESTE CAPÌTULO 6; LEE PRIMERO LOS CAPÌTULOS ANTERIORES; LOS ENCONTRARÀS MÀS ABAJO; Y EN EL LINK DE ENTRADAS ANTIGUAS)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS


NOVELA ORIGINAL: JORGE JIMÈNEZ FLÒREZ


CAPÌTULO 6


13 de Mayo de 1.798...Villa de la Inmaculada Concepciòn de Fòmeque. Coloquialmente llamada por sus habitantes, con el apelatìvo de "patio trasero de Santafè de Bogotà"; porque hay que darle la vuelta a lòmo de mula o caballo, a los cerros de Monserrate y Guadalùpe para llegar hasta allì.
Todas las autoridades de esta comarca se hacen presentes para recibir al nuevo pàrroco que anunciò su llegada para hoy y ya debe estar por llegar. Fòmeque es otro pueblo chiquito con infierno grande; y aunque a Andrès Rosillo le ha disgustado muchìsimo salir de Simacota, donde ya estaba practicamente establecido y ganando muy buenas riquezas con su negocio clandestino de aguardiente; tambien analiza la parte buena de este cambio que ha sido como afanado, ya que segùn èl ha podido averiguar, en Fòmeque el chìsme es màs mesurado, las habladurias son màs discretas, y por lo menos allì, que hasta ahora se sepa, no existe ninguna sociedad de damas ilustres reprimidas que abandèren las supuestas sanas costumbres. Tampoco existe ningùn corregidor, porque en Fòmeque la màxima autoridad legal que representa a la corona española, es el señor Justicia Mayor don Juan Josè de Salazar. El rango de Justicia Mayor denota que es un español menos petulante, menos atarban, menos inculto, y de una baja calaña menos peor que un corregidor...Por eso los habitantes de estas colònias españolas siempre han sentido màs respeto por los Justicia Mayor, que por los corregidores.

Las gèntes se aglomèran en la plaza mayor del pueblo para darle la bienvenida al nuevo pàrroco; como ya es costumbre en las ciudades y pueblos de la Nueva Granada y demàs colònias españolas en tierras americanas: Hacer de la llegada del nuevo clèrigo, todo un acontecimiento social donde todas las clases sociales se juntan pero no se revuelven.
El bullìcio va disminuyendo al hacerse presente el Justicia Mayor Josè de Salazar, escoltado por sus soldados que improvisan rapidamente una calle de honor, para recibir al canònigo Rosillo que ya està pròximo a llegar, y concluir asì su àrduo viaje de nueve diàs desde Simacota hasta Fòmeque.
Un anciano vagabundo lleno de aràpos grita por toda la calle de entrada a Fòmeque...
-Ya se ve llegar a lo lejos, al santo que viene de parte de Dios para luchar contra el demònio de este pueblo y los servidores miserables de Betsebù; ya estoy viendo al nuevo cura, y su ròstro es de àngel guerrero...Que Dios se apiade de los pecadores e incredulos, porque les llegò su hora- grita delirante una y otra vez el desquiciàdo histèrico que se camufla en la plaza dando tùmbos con una agilidad que sorprende, dàda su avanzada edad.
Y efectivamente ya se observa a lo lejos, la caravana de caballos y mulas que transportan a Andrès Rosillo y la comitiva de personajes ilustres de Fòmeque que lo acompàñan desde pocos kilometros atràs; algunos indìgenas y esclàvos arreàndo las mulas que llevan los muy bien disimulados baùles que en realidad cargan, morrocotas, joyas, dineros, y demàs riquezas que ha dejado silenciosamente y sin obstentaciònes el tràfico de aguardiente. Al lado del clèrigo tambien se ve llegar al màs hermoso destello que ilumina los caminos del adulterino don Andrès...Todo un destello de mujer llamado Luz de Obando; nacida para ser la luz de los ojos del canònigo màs enamorado en todo el episcòpado hispànico...Ella monta siempre, como la amazòna que brinda el màs natural y espontàneo espectàculo de equitaciòn.

Entrando la caravana al pueblo, son recibidos con aplausos, reverèncias y vivas al nuevo pàrroco de Fòmeque. Andrès sonrìe desde su caballo, impartiendo bendiciones a diestra y siniestra, mientras los hombres del pueblo quedan boquiabiertos y estupefactos, al ver como se les ilumina la existencia ante la majestad esbelta de la preciosìsima Luz de Obando, que a pesar de lo largo y pesado del viaje, se aprecia tìmida pero muy maja en su caballo.
La cabalgata se detiene en el centro de la plaza principal, y las primeras palabras de la comitiva oficial, son las de el Justicia Mayor Josè de Salazar; autoridad representativa del rey de España.
-Esta Villa de la Inmaculada Concepciòn de Fòmeque, recibe con sùmo agrado, y la màs beneplàcita de las bienvenidas a su reverència don Andrès Rosillo; nuevo representante de Dios en este humilde pero cristiano pedazo de tierra. Para todo Fòmeque es motivo de mucha alegrìa, ademas de gran honor, que uno de los mejores canònigos magistrales. servidor de los desdichados y necesitados como lo es usted padre Rosillo, haya sido nombrado como pàrroco de esta catòlica poblaciòn...Bienvenido sea usted y toda su comitiva- termina diciendo en voz alta Josè de Salazar, para que todo el pueblo lo escuche, mientras que algunos niños obsequian a Andrès, Luz, y los demas; pasteles y viandas de recibimiento. Rosillo agradece con sincera amabilidad el calor humano y la manera como el pueblo ha sido decorado con adornos religiosos para recibirlo.
-¿Y quièn es la hermosa y distinguìda dama que acompaña a su reverencia?- pregunta el Justicia Mayor, con gran respeto.
-Ella es mi sobrina doña Luz de Obando, quien de manera desinteresada y con la unica intenciòn de servir recatadamente a Jesucristo nuestro Señor; es la encargada siempre de los quehaceres domèsticos y ofìcios de la parròquia que se me asigna...Yo màs que su tìo, soy su tutor, y tambien su confesor y consejero espiritual- responde Andrès amablemente.
Para Josè de Salazar y los demas hombres del pueblo, es dificil quitarle la mirada a Luz de Obando, quien los impacta de tal manera, que parecen embobados ante semejante preciosidad de gran estatura.
-Que dignas y nòbles cualidades las de su sobrina, padre Rosillo; si hasta podrìa tener vocaciòn de monja...¿O me equivoco doña Luz?- dice el Justicia Mayor ante la mirada de desconcierto de Luz y Andrès.
-A veces he hablado al respecto con mi tìo, y aunque me considero humildemente devota, creo que mi servicio a Dios, està màs con ayudarle a mi tìo en su sacerdòcio, que en encerrarme en un convento- responde Luz con timidez -por eso hago siempre mis retiros espirituales con la tutorìa de mi tìo- termina de aclarar Luz mientras que una retreta musical suena las primeras notas alegres con ruido ensordecedor, cortando asì toda comunicaciòn oral para dar paso a la fiesta callejera que se arma en honor al nuevo pàrroco.
Terminado el sano festìn de recibimiento, todo el pueblo se dirige a la iglesia de Fòmeque; una iglesia grande pero no tan bonita y lujosa como la que tenìa Andrès en Simacota. Andrès entra y le echa un pequeño vistazo mientras conversa de todo un poco con el Justicia Mayor, a la vez que Luz supervisa la descargada de los baules, y la forma como los ayudantes los van ingresando a la casa cural que Luz de Obando la observa en su interior con cierto conformismo e indiferencia, porque a ella no le importa mucho, el lugar donde le tòque vivir; a ella lo que en realidad le interesa, es estar con su canònigo, vaya a donde èl le toque ir.
Despues de las atenciones recibidas por parte de las autoridades de la villa y voluntarios del pueblo; ya Luz y Andrès extenuados por el largo viaje, quedan a sòlas en la privacidad de la casa cural, y dispuestos a pasar su primera noche en Fòmeque. Luz agarrada de gancho del brazo de Andrès que lleva un candelabro encendìdo en la otra mano; ambos se ven como pareja estrenando casa; suben la escalera que conduce al segundo piso, y van conociendo cada rincòn de esta casa parroquial de dos plantas; una gran alcoba principal de estilo colonial austèro, y dos alcobas auxiliares del mismo estilo. Es la alcoba principal, la que Luz se encargarà de decorar y arreglar con todos los detalles, sin olvidar que ellos dos viven en concubinato o amancebamiènto como juzgarìan otros. Y Fòmeque comienza a tomar con la mayor naturalidad que su nuevo pàrroco viva con su sobrina; incluso algunos ingenuos del pueblo llegan a catalogar a Luz de Obando como, "doncella del Señor"; porque esta es una comarca màs inocente y màs tranquila; y es precisamente de lo que se percatan Luz y Andrès; eso sì, guardando siempre las aparièncias con sùmo cuidado, para no llamar la atenciòn.

Con el paso de varias semanas, Fòmeque se va convencièndo de que Luz de Obando es tan sòlo, efectivamente la humilde sobrina del padre Rosillo, encargada de los quehaceres domesticos y los ofìcios de coadministraciòn de la parròquia; adonde los devotos fieles asisten con rigurosa puntualidad a las misas establecidas y demas servicios religiosos programados con antelaciòn.

Hoy el sermòn del domingo, el canònigo Rosillo lo enfòca hacia las relaciones de pareja.
-Un buen catòlico cristiano no puede olvidar jamàs que el matrimonio es para toda la vida; y toda la vida solamente significa, toda la vida. Es por eso que hago un llamado a la fidelidad que debe existir siempre entre hombre y mujer; ya que si alguno òsa serle infiel a su pareja, debe recordar, que entre el cielo y la tierra no existe infidelidad oculta para Dios...Èl sabe siempre si estamos siendo infieles hasta con el pensamiento simplemente- termina de decir en su sermòn el padre Rosillo, que por ahora se ha abstenido todo este tiempo de montar el alambìque para la producciòn y tràfico de "las once"; ya que es la primera vez que Luz y èl viven en un pueblo donde nunca antes habian estado ni siquiera de visita. Ellos dos prefieren esperar a que pase el tiempo y tomen confianza, para ver còmo se van dando las cosas...Ademàs a los oìdos de Andrès llegò la informaciòn de que el aguardiente que se consume prohibidamente en Fòmeque y sus alrededores, es fabricado clandestinamente por las monjas de clausura del convento de Guadalupe, en alambìque ubicado dentro del mismo convento. Asì que ante semejante competència tan desigual, por ahora Andrès y Luz deciden desconectarse plenamente de todo lo que tenga que ver con la industria casera, deliciosa, y prohibìda del aguardiente; ademas que con las grandes ganàncias obtenìdas en el pasado, los dos continùan siendo, secretamente millonarios.

A diferencia de Simacota; aquì en Fòmeque, Andrès y el Justicia Mayor simpatizan muy bien, se convierten en buenos amigos con las debidas distancias, ya que un comunero como Rosillo, no podrìa ser tan amigo de un chapetòn como Josè de Salazar; sin embargo logran coordinar muy bien las actividades del pueblo sin mayores contratiempos, dentro del respeto mùtuo entre autoridades; ambos sacan adelante a la villa en lo que a ellos consierne. Pero al cabo de determinado tiempo; al despacho del Justicia Mayor, llega una correspondència con el sello que solamente posèen las autoridades españolas para casos muy especiales: El sello de SECRETO, RESERVADO, Y CONFIDENCIAL; en pergamìno estampillado con el escudo de la corona ibèrica; lo que indica que ese sello puede ser abierto exclusivamente por el destinatàrio en persona, y absolutamente nadie màs; porque donde alguien distinto al destinatàrio se atreviera a violar ese sello, podrìa enfrentar incluso la pena de muerte. Y esta clase de correspondència le llega a determinadas autoridades, unicamente en casos muy excepcionàles; tanto asì que es la primera vez en la vida, que le llega una misiva asì de delicada y secreta a don Josè de Salazar Justicia Mayor de Fòmeque. Dicha correspondència es remitida por los:

SERVICIOS COLONIALES CONFIDENCIALES Y SECRETOS DE GUARDIA ANTIREBELDE EN PROTECCIÒN DEL NUEVO REINO DE GRANADA
TIERRA SAGRADA DE SU MAJESTAD EL REY
ENVIADO DIRECTO DE DIOS

...Sòmos conscientes de que estàs pruebas que le estamos enviando exclusiva y secretamente a usted, no son contundentes como quisieramos; pero usted señor Justicia Mayor debe tener entre ceja y ceja al sacerdote Andrès Rosillo, actual pàrroco de su jurisdicciòn; ya que las informaciònes que se han podido recopilar, indican que el padre Rosillo ha tenido incontables encuentros con los rebeldes Comuneros que deambulan escondìdos en las faldas de las montañas que rodean a Fòmeque. Vigile al clèrigo, pero no lo toque ni se meta con èl màs allà de lo debido; pues nosotros como servidores guardianes en tierras de Indias, de su majestad, no podemos deteriorar para nada las extrechas y delicadas relaciones que siempre han existido entre la iglesia y la corona de España.
Para nosotros ya nada de raro tendrìa que el canònigo Rosillo sea ideòlogo de los Comuneros; y por consiguiente integrante de esa misma organizaciòn criminal sublevada que quiere atentar contra el rey de España y sus colònias en el Nuevo Mundo, abogando por una independència que jamàs ocurrirà, y la fundaciòn de una nueva repùblica que nunca existirà. Asì que tenga cuidado con el prèlado Andrès Rosillo...Vigilelo de cerca pero de manera secreta y sin que èl se vaya a percatar.
Con respecto a la sobrina del padre Rosillo; doña Luz de Obando; segùn tambien se ha podido confirmar; en el poblado de Simacota, de donde ella es originària; la reputaciòn de doña Luz siempre estuvo en entredicho; dama de dudosa estìrpe, dueña de escàndalos, verguenzas, e inmoralidades, y señora de pecados impùdicos...Motivos por los cuales rogamos a la divina providencia; que usted don Juan Josè de Salazar no vaya a caèr ante el embrujo de la belleza de doña Luz de Obando. La convivencia de ella con su tìo pàrroco, nunca ha sido vista del todo con buenos ojos, por ciertos jeràrcas de la iglesia, y algunas autoridades españolas; asì que usted no se confìe.
Señor Justicia Mayor de Fòmeque; si usted llega a probar categòricamente la relaciòn directa entre el canònigo Rosillo y los endemoniados Comuneros; serà un gran triunfo a nombre de la autoridad del imperio español, y el màs justificado ascenso en su carrera. Pero por favor no me busque, que yo lo buscarè. Usted apenas sabe de mi existencia con esta misiva que le acaba de llegar; pero en cambio nosotros, sabemos de tiempo atràs de los corregidores, justicias mayores, y demas autoridades de la Nueva Granada al servicio de la corona española.
Atentamente:
Severino de Pavajeau
Jefe de los servicios confidenciales de investigaciòn Reales, en el Nuevo Reino de Granada.
Dios guarde al rey.

Terminando de leèr la carta, Josè de Salazar siente una mezcla de desconcierto y confusiòn; porque tanto el sacerdote y la gran dama que describe el secreto mensaje, no concuerdan para nada con el canònigo afàble y buen samaritano; y la distinguida mujer tìmida y reservada, que se han ganado el cariño, respeto, y aprècio de la poblaciòn de Fòmeque...El Justicia Mayor no sabe que hacer.
Mientras tanto el canònigo y adulterino ha comenzado silenciosamente una particular revoluciòn eclesiàstica: Como las bìblias de estos finales del siglo dieciocho, solamente estàn escritas en lo que la cùria llama, los tres idiomas catòlicos; latìn, griego, y hebrèo; y las bìblias catòlicas llegan a las Amèricas, importadas, en idioma latìn; entonces el clèrigo Andrès Rosillo ha iniciado en una actitud de mutìsmo, una labor prohibìda; pero que èl por ser el màs vanguardista de los sacerdotes de su època, quiere realizar, para que la bìblia sea verdaderamente comprendida hasta por los màs ignorantes: Ha comenzado la àrdua y rigurosa tarea de traducir la biblia, del antiguo latìn, al español-castellano; pero con un gran riesgo; porque donde el abàte sea descubierto en esas "andanzas"; podrìa hasta ser expulsado fulminantemente de la iglesia. Se dice que en la misma España ya lo estàn haciendo otros curas renovadores, pero tambien de manera secreta porque esto podrìa afectar los intereses de represiòn y embrutecimiènto de la iglesia catòlica, y de los subditos de las monarquìas europeas catòlicas en Amèrica y Europa; ya que en el caso especìfico de la Amèrica Hispana, entre màs ignorància se tenga, màs se puede lìdiar con las colònias de ìndios, negros, y analfabetas. Sin embargo en Brasil, unas monjas de silencio la estàn tambien traduciendo confidencialmente del latìn al portuguès.
-Las gèntes asisten a misa es por pura apariència; la grandìsima mayorìa no habla latìn; ni siquiera los de clase alta; mucho menos el pueblo ràso. A veces me siento diciendo misa en un desierto, porque sè que practicamente nadie me entiende. Las misas y demàs ceremònias religiosas deben realizarse en el idioma natal de cada pueblo; asì es que debe de ser- replica Rosillo con desconcierto.
-Me da miedo que te vayas a volver loco traduciendo toda la bìblia- dice Luz, al escuchar en voz baja, còmo Andrès le confiesa su nuevo proyecto. -Gracias por cuidarme para que no me vuelva loco- responde Andrès irònicamente mientras se va desnudando alistandose para esta noche de amor con su amada.
-Empieza por traducir los escritos que màs te gusten de la bìblia...¿Cuales son los que màs te gustan?- pregunta Luz.
-Estoy seguro que lo sospechas: Los sàlmos y los evangèlios- responde el clèrigo, mientras espera recostado a que su amada aparezca con el vestuario que Andrès le ha conseguido para que ambos hagan realidad una de las fantasias sexuales que màs disfrutaràn los dos.
...-Muy bien mi adorado canònigo...¿Ahora dime còmo me veo?- dice Luz con su sensual voz, mientras aparece radiante vestida con el hàbito de monja que Andrès mandò confeccionar, con la excusa de que era para una pobre mujer que està pròxima a convertirse en novicia. Luz y Andrès juegan como preambulo antes de hacer el amor; siempre con algo novedoso para evitar la rutina; y està vez la jocòsa idea del canònigo resulta como èl se la habìa imaginado: Luz de Obando convertida en la màs hermosa monja sexual y Madre Superiora sensual, capàz de subyugar a su "pervertido" pecador y libidinoso canònigo.
-"Hermana Sor Luz", yo te venero- dice Andrès arrodillandose sumisamente ante su divina dueña.
-"Su santidad papa Rosillo Primero"; yo tambien me rìndo ante tì- dice Luz mientras ambos se abrazan apasionadamente, dejandosen caèr en el lècho nùpcial màs clandestìno de la iglesia catòlica en la Nueva Granada y sus alrededores...Y asì queda registrado para la historia, que el primer sacerdote hispanoamèricano que se atreve a comenzar a traducir la bìblia al castellano, sin consentimiento alguno, es el clèrigo neogranadino Andrès Rosillo...Y èl decide e inìcia esta revoluciòn secreta, de la misma manera en que se han gestado todas las revoluciònes de la historia de la humanidad: En la cama, y en los brazos de una mujer hermosa.

Con el pàso de ese tranquilo año, Luz y Andrès se adaptan a Fòmeque sin mayores inconvenientes; y para la lucha comunera, este traslado de Andrès benefìcia a ambos enormemente, porque el clèrigo se incorpora aùn màs a la lucha subversiva en contra del yùgo español. Y aunque el cura es astuto, a veces menosprècia a los españoles en su capacidad de reacciòn; porque los chapetònes ya tienen sospechas de las andanzas insurgentes del canònigo; pero este no va a cometer los mismos errores del pasado que generan toda clase de suspicàcias. Andrès Rosillo ahora se ha convertido en gran maestro de los disfràces desde que llegò a esta villa...Para cada reuniòn con comuneros, el abàte utiliza un disfràz diferente; unas veces se disfraza de pordiosero, otras de indìgena, comerciante, campesino, andariego, forastèro, o cualquier otra cosa; incluso a veces se disfraza de mujer anciana con la complicidad de Luz que siempre lo ayuda a caracterizar, antes de salir por una pequeña puerta camuflada con arbustos y largo cèsped, que està ubicada en la parte trasera del solar de la casa cural; y asì pasar desapercibido ante cualquiera, y de pàso nunca ser detectado por los dos guardias españoles vestidos de civil, que el Justicia Mayor coloca siempre al frente de la iglesia y la casa parroquial, con el fin de saber cuando el padre Rosillo, entra o sale.
Los Comuneros de la regiòn, en cabeza ideològica de Rosillo planèan sabotajes y levantamièntos armados en esta zona del centro de la Nueva Granada; movimientos de rebeliòn, sublevaciònes, ataques a tròpas españolas; y es un hecho que el movimiento comunero va creciendo cada dìa màs.

Francisco Rangel, esposo legìtimo de Luz de Obando no cèsa en su busqueda de "justicia" para que su esposa regrese a su lado, y asì recuperar su propio honor, siendo lo unico que a èl le importa en la vida. Y es por eso que Francisco llega a Fòmeque directo al despacho del Justicia Mayor; no sin antes pasar discretamente por la casa cural y la iglesia del pueblo, intentando observar a Luz o a Andrès desde fuera, pero no lògra ver nada.
Francisco Rangel se presenta ante el Justicia Mayor Josè de Salazar, exponiendole el abandono del que fue vìctima por parte de su esposa, y còmo su honra de caballero ha quedado vapuleada durante estos años por culpa de Luz de Obando.
...-Hoy en dìa como usted ya sabrà señor Justicia Mayor, mi esposa vive con su tìo el padre Rosillo, actualmente pàrroco de este pueblo. Y yo he realizado el largo viaje hasta aquì, porque deseò regresar con mi esposa y limpiar mi honor; incluso fue el mismo padre Rosillo el que nos casò en santa ceremònia catòlica en la iglesia de Simacota- dice Francisco terminando de exponer con lujo de detalles todo su disfuncional matrimonio con Luz de Obando.
Don Josè de Salazar està cada vez màs estupefacto con lo que escucha.
-Creame don Francisco Rangel; hasta ahora me entero de que doña Luz de Obando es una mujer casada. Sin embargo, si ella se fue de su lado, tuvo que tener muy sèrios motìvos; ya que estamos hablando de la sobrina de el mejor sacerdote que hayamos tenido aquì, pàrroco de este pueblo a mucho honor- dice el Justicia Mayor mientras llama a uno de sus guardias y le secretèa al oìdo dandole la orden de traèr hasta su despacho a Luz de Obando, para aclarar de una vez por todas tan bochornosa situaciòn.
Una hora despues, Luz ingresa al despacho de el Justicia Mayor, y se asombra al ver nuevamente a su esposo, al que creìa que despues de la fuerte disputa en Simacota, jamàs ìba a volver a ver. Luego ingresa el padre Rosillo que tambien se sorprende ante la presència de Rangel...Para ambos es una desagradable sorpresa.
-Doña Luz, el honorable caballero aquì presente, dice ser su esposo, y la acusa a usted de abandono- expresa Josè de Salazar entre desconcertado y anonadàdo.
-Señor Justicia Mayor, reconozco que yo sì estuve casada con este sujeto; pero los motìvos que me obligaron a tomar la decisiòn de abandonarlo a èl, quedaròn registrados en la diligència de descargos que se realizò en la corregitùra de Simacota- responde Luz con titubèos y nerviosìsmo a la vez que Andrès la sujeta fuerte del brazo dandole seguridad.
-Don Josè de Salazar, yo fuì el tutor legal de mi sobrina en tan bochornosa diligència, y recàlco lo mismo que expuse ante el corregidor de Simacota...Los motivos que mi sobrina tuvo para abandonar a don Francisco, fueron motivos tan impùdicos y sùcios, que mi sobrina ha estado desde entonces, traumatizada tratando de olvidar ese matrimonio desdichado del que tanto se arrepiente.
-¿Desdichado exactamente por què?- pregunta el Justicia Mayor.
-Ella siempre inocente, tenìa que satisfacer los apetìtos morbòsos y antimorales, del caballero aquì presente- responde Andrès con su elocuència de abogado.
-Todo eso es mentira, señor Justicia Mayor- protesta exaltado francisco. Josè de Salazar, enemigo siempre de que su despacho se convierta en gallera; termina la discusiòn de manera diplomàtica y diciendo la ùltima palabra como corresponde a su cargo de Justicia Mayor.
-Don Francisco Rangel; reconozco que usted es todo un caballero y todo un gran señor, dìgno representante de su ilustre càsta...Pero yo como Justicia Mayor de Fòmeque, no es mucho lo que pueda hacer en este caso especìfico, ya que el hecho y las circunstàncias denunciadas como tales, aquì hoy por usted; no ocurrieron en mi jurisdicciòn; sino en la jurisdicciòn de Simacota, donde yo no tengo autoridad alguna. Màs sin embargo don Francisco, le doy a usted mi palabra, de que solicitarè a la corregitura de Simacota, una transcripciòn escrita de todos los descargos realizados allì; con respecto a este supuesto delito de abandono, y que debo considerarlo supuesto, ya que aquì en esta villa, doña Luz siempre se ha comportado como lo que ès: Una respetable dama solidaria y colaboradora de nuestra pequeña pero inocente sociedad que jamàs ha tenido queja alguna de tan ilustre señorita...o señora. Ahora bien; dada la gran distancia de camino que hay entre Simacota y Fòmeque, y la normal demora del tràmite; creo que todo esto podrìa demorarse entre diez y doce meses apròximadamente- dictamina don Josè de Salazar.
Francisco Rangel sin pronunciar palabra, con su alma cada vez màs envenenada por su honor burlado, y una tremenda fùria contenida, se marcha de allì con la ràbia màs mordàz, para no volver jamàs a esta comarca, donde la noticia de que Luz es mujer casada que abandonò a su esposo, viaja a la velocidad del chìsme; y en menos de un dìa ya todos los dos mil quinientos habitantes de Fòmeque estàn perfectamente enterados del estado civil de la mujer màs bella que vive en el poblado; y la noticia del pasado matrimonial de Luz, crèce como bola de nieve, y ya se empieza a poner en duda la clàse de convivència que Luz y Andrès tienen en la casa cural.


"Sospechòso amancebamiènto de espectacular belleza escultural con el cura del pueblo, en incèsto sàcro"...Es el volante misterioso que comienza a circular en todo Fòmeque, cuando manos oscuras los depositan en la noche, tiràndolos por debajo de las puertas de las casas; y que ha sido escrito, sabrà Dios por quièn...Volante de pasquìn colonial en esta mojigata sociedad de doble moral.
Todo esto, sumado a la correspondència secreta que hace meses recibiò el Justicia Mayor, obligan a Josè de Salazar de manera muy prudente y discreta, sin que absolutamente nadie se entere en el pueblo; mucho menos el padre Rosillo; a escribir confidencialmente al arzobispado de Santafè de Bogotà...

...Aspiro entonces a que su reverendìsima arzobispal, me aconseje sobre las acciones que yo como Justicia Mayor de Fòmeque, debo tomar ante su reverencia parroquial, padre Andrès Rosillo; para que las excelentes relaciones que existen entre iglesia, y representantes de su majestad el rey en estas colònias, no se vean perturbadas de ninguna manera.
Agradezco a su reverendìsima sus consejos sàbios de pastor guìa; y su bendiciòn en el nombre de Jesucristo nuestro Señor.
Con Sùmo Respeto
Juan Josè de Salazar
Justicia Mayor de Fòmeque.

La alta cùria de Santafè vuelve a inquietarse, pero esta vez con disgusto hacia el canònigo Rosillo. Hace años que el arzobispo Caballero y Gòngora regreso a Europa, y actualmente està radicàdo en Roma, donde fue ascendìdo a cardenal por el Papa.
El actual arzobispo de Santafè de Bogota es un hombre barbudo y relativamente joven para ser arzobispo; èl es el mismo que ordenò el tràslado de Andrès, de Simacota a Fòmeque. Es un arzobispo hòsco, neuròtico; y saca a relucir su mal gènio cuando lee la carta que le ha enviado el Justicia Mayor de Fòmeque. El arzobispo vocifera y exclama furioso...
-Vuelve y juega ese socorrano de los mil demònios llamado Andrès Rosillo. Dios mìo, dame la paciencia con este degenerado canònigo.
Creo que lo mejor serà tenerlo aquì entre nosotros; para supervisarlo de cerca. Traerèmos al padre Andrès Rosillo y le daremos algùn cargo aquì en Santafè; cargo que èl deberà ejercer con dedicaciòn para que lo mantenga bien ocupado...Y que quede escrito secretario: Esta es la ùltima cosa que haremos por el cretìno cura Rosillo que se nos ha convertido en una piedrota en el zapato, y en un dolor de cabeza para mi capèlo que ya esta harto de tener que lidiar con curas excèntricos y locos...Y a futuro, los sacerdotes de la Nueva Granada que sean implicados en actividades comuneras o que pertenezcan directamente a los "atèos" Comuneros; que se las arreglen solitos y como puedan- grita el arzobispo, firmando de un plumazo y sin màs discusiòn, el traslado de Andrès Rosillo...-Que se venga para Santafè de Bogotà, lo màs rapido posible, el desdichado ese del padre Andrès Rosillo; y por todos los santos; que no joda màs!.
-¿Y què le decimos que haga con la sobrina Luz de Obando?- pregunta tìmido el secretario, hablando por las narices y con su cara agachada...A lo que el arzobispo responde hastiado.
-Es que ese es el problema; que este arzobispado no tiene sagrada constància alguna, de que la virginal Luz de Obando sea puta!.
-Amèn su reverendìsima.
-Como bien lo decìa su eminencia el cardenal Caballero y Gòngora cuando me entregò este cargo: ¿Por què serà que todos me dicen padre, menos mis pròpios hijos que me dicen tìo?!.



EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
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