domingo, 17 de febrero de 2008

EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS (CAPÌTULO 9)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
ES UNA OBRA DEBIDAMENTE REGISTRADA
COPYRIGHT BY JORGE JIMÈNEZ FLÒREZ


(ANTES DE LEÈR ESTE CAPÌTULO 9; LEE PRIMERO LOS CAPÌTULOS ANTERIORES; LOS ENCONTRARÀS MÀS ABAJO; Y EN EL LINK DE ENTRADAS ANTIGUAS)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS


NOVELA ORIGINAL: JORGE JIMÈNEZ FLÒREZ


CAPÌTULO 9


Viernes veinte de julio de 1.810...Como el polvorìn acumulado destellante màs iluminado, majestuoso, y contundente; estalla la bomba social de tiempo, que se habìa demorado en explotar; pero que por fin ha reventado como la màs descomunal coral de libertad: EL GRITO DE INDEPENDENCIA DE LA NUEVA GRANADA.
Un estùpido, apestoso, y sobretodo, feìsimo florero, algo fino; se convierte en la gota que rebosa la copa de tolerància del pueblo neogranadino...Se produce una revuèlta sin precedèntes en Santafè de Bogotà donde las aristocràcias españolas y no españolas tièmblan de pànico porque se han de pasar por la faja, los derechos y prioridades de todo lo que huela a español, y a clàse exageradamente alta. El horripilante florero es propiedad de un chapetòn de apellido Llorente; quien goza de la mala fama en todo Santa Fè, de tener un fetido olor en sus sobacos, que solamente aguantan para que sus interlocutores se le acerquen lo menos posible, y no quedar mareàdos ante el olor inhumano que sus putrefactas axilas generan, ya que dicho individuo solamente se baña el cuerpo dos veces al mes; cada quince dìas sagradamente. Cuando a este hijo de mala madre, se le ha pedido prestado el "bendito" florero para una reuniòn aristocràtica-burocràtica-lambona-politiquera, muy importante; este hombre se ha negado con insultos en los que trata a todos los neogranadinos, con gritos que enrrojecen los oìdos de un pueblo hastiado ya de tanta humillaciòn.
-Me cago en los amèricanos neogranadinos y sus putas madres!!.
Y con esta exclamaciòn, el Nuevo Reino de Granada cobra a España, el madrazo màs costoso de su historia como colònia de la monarquìa ibèrica. Y como a veces polìtica mata politiquerìa...Se genera entonces la revoluciòn polìtica màs organizadamente desorganizada de la historia de esta nueva repùblica que està parièndo como todo parto: Dificil y dolorosamente.
La magnitud del acontecimiènto es tal, que todas las clases sociales criollas de la Nueva Granada, han salido a las calles a reclamar, proclamar, y declarar su indepèndencia del reino español; y desde hoy no reconoce autoridad española alguna, presente en tierras neogranadinas, o que estè por venir; en ninguna parte de la Nueva Granada, que hasta como nombre, comienza a agonizar, para dar origen a un nuevo estado libre, soberano e indepèndiente, que tardarà años, decadas, y siglos, en consolidarse.
Sin embargo, lo que hoy està ocurrièndo aquì no tiene palabras exactas para ser descrito, porque es tan descomunal e incontenible; que se sientan bases firmes, y otras no tanto; que ya no hay vuelta de hoja...Gèntes de todos los niveles culturales e inculturales gritan a pulmòn herido..."Somos libres, soberanos e indepèndientes!!!"..."Ya no volveremos jamàs a tener la deshonra de ser españoles!!!"..."Exigimos cabildo abierto, virrey muerto, y rey depuesto!!!".
Se integra una junta suprema de gobierno que lo primero que ordena es la detenciòn del virrey Amar y Borbòn y su petulante, clasista, arribista, racista, y "putista" esposa doña Francisca, apodada "Pachita Adefèsio"...Y de quien se rumora; haber sido en el pasado, amante hasta del mismìsimo canònigo Rosillo en persona; segùn la pujante industria del chisme...Aunque no hay derecho a tal infàmia calumniòsa...Pachita Adefèsio es tan horrorosa, que no se le puede hacer el amor, sino que, quien sea su amante, solamente tiene la opciòn de hacerle el horror...Imposible que el canònigo Rosillo tenga tan siquiera, algo de erecciòn ante semejante cara de morsa, aliento de àpio pasado, y cuerpo de jabalì de doña "Pachita Adefèsio"...

-Primero encarcelado y muerto, antes que sin gusto- se dice en voz baja, a si mismo el canònigo, ante semejante injùria que llega hasta los aposentos de su celda.
Pero la orden de captura contra el virrey y su gurre esposa, no podrà cumplirse, porque ambos ya estàn huyendo de la ciudad, disfrazados, y con una escolta que intenta pasar desapercibida tambien con disfraces; ya que el virrey sabe que donde lo capturen; inmediatamente podrìa ser linchado; y por eso èl y su esposa escapan en este momento; eso sì, llevandose baùles de oro y toda clase de joyas, que tendràn que repartir durante todo el camino; porque es a punta de sobornos, que lograràn en meses llegar al mar Atlàntico, y agarrar escondidamente un barco que los devuelva a España, con identidades falsas, y pasando durante todos los viajes, desde Santa Fè hasta la Costa Caribe, como un matrimònio incògnito màs.

La nueva junta de gobierno, està conformada, entre otros, por los señores Camilo Torres, Josè Acevedo y Gomez, Josè Miguel Pey, Joaquìn Camacho y demàs...Pero tambien se ha nombrado como vocal, personero, y asesor legal de la nueva junta de gobierno; a un condenado a reclusiòn perpètua, por las depuèstas autoridades españolas: El canònigo Andrès Rosillo. Asì que entre las primeras leyes de la junta suprema de gobierno, estàn la amnistìa total e incondicional para absolutamente todos los presos polìticos, incluìdos los condenados a muerte que no alcanzaron a ser ejecutados, y los condenados a cadena perpètua; en todo el territorio de el Nuevo Reino de Granada. Libertad incondiciònal para todos ellos se decreta en una nueva lista de leyes, que todavìa nadie se atreve a llamar, CONSTITUCIÒN. Y por aquellas casualidades de la vida, la orden de libertad para Andrès Rosillo ha sido dispuesta y firmada por su compañero de estudios del Colegio Mayor del Rosario: Camilo Torres; tan Rosarista como el mismo canònigo.

Madrugada del veintiuno de julio de 1.810...Nadie ha dormido en Santa Fè de Bogotà; la revuelta se ha convertido en jùbilo colectivo y fiesta monumental por haberse independizado la Nueva Granada del yùgo español que tantas secuèlas negativas ha dejado. El proceso de perdòn a los españoles, tardarà largos años y serà supremamente dificil, porque el perdòn no es una obligaciòn, ni siquiera una vocaciòn...El perdòn solamente es un DON con el que no todo mundo nace.
Màs de sesenta hombres entre Comuneros y demàs indepèndentistas, voluntàrios todos ellos, se dirigen al monasterio de los Capuchinos; algunos rodèan el monasterio que desde hace horas ha sido en su exterior, abandonado por los soldados españoles que lo custodiaban, ya que tambien han tenido que huir porque en este momento, en la Nueva Granada, los españoles no gozan de ninguna protecciòn juridica, y cualquiera puede matarlos de cualquier manera, y ante la ley no pasarìa nada; porque la orden marcial es acabar contra todo lo que sea autoridad española, sin importar còmo.

La liberaciòn de Andrès Rosillo es inminente; y por esas coincidèncias inexplicables de la divina providència, ocurrirà a la misma hora en que fue capturado por los españoles en El Socorro, hace poco màs de veinte meses; a las tres de la mañana.
Veintiseis hombres camajanes llegan hasta el portòn del monasterio, y golpean fuerte en el portòn...Por tratarse de lo inusual de la hora, y con miedo a que sean maleàntes que de pronto les podrìan hacer daño, los fràiles Capuchinos se niegan a abrir. El grupo de hombres que està en el exterior, al notar que nadie les va a abrir las puertas; cargan y disponen un gigante tronco de madera de màs de ocho metros de largo, que es levantado por los veintiseis hombres...La tranquilidad del monasterio, y la frìa madrugada, se ven perturbadas cuando se escucha el primer golpe seco del tronco que los hombres avalanzan fuerte contra el portòn, con la unica intenciòn de reventar las pesadas cerraduras...Y de manera bien coordinada, los golpes del tronco en el portòn, aumentan una y otra vez...Se escuchan como truènos con fuerte eco, retumbando en todo el monasterio donde Andrès y los monjes, no tienen ni la màs remota idea de que la Nueva Granada ya ha proclamado su indepèndencia, y todo lo demàs que ha ocurrido...Cada golpe truena con màs fuerza; y despues de màs de veinte troncazos golpeàndo el gran portòn, las cerraduras se revièntan, y por fin los hombres logran ingresar al monastèrio, ante la impotència de los fràiles...
Los monjes Capuchinos, de tradiciòn pacìfica, aparecen cada uno en las puertas de sus respectivas celdas levantando las manos y en silencio, creyendo que se trata de un asalto.
-Tengan calma y no se asusten...Solamente queremos saber, cuàl es la celda del canònigo obispo Andrès Rosillo- dice el hombre que lidera a los intrusos. Uno de los monjes sin pronunciar palabra, señala unas escalinatas que conducen a una celda subterrànea que parece màs un sotano. Por lo angosto de las escaleras, y lo pequeño de la celda; apenas cuatro hombres logran ingresar hasta donde se encuentra el canònigo despierto, pero totalmente ignorante de lo que pasa. Lo encuentran flaco, desnutrido, debil, y con una chivera tan larga que parece un ortodoxo griego...Està tan irreconocible, que los hombres que lo conociàn desde antes cuando fueron reclutados voluntariamente por el mismo Rosillo para el movimiènto Comunero; aùn asì se ven obligados a preguntarle.
...-¿Su reverència?...¿Es usted el canònigo Andrès Rosillo, destacado lider Comunero y amante de la libertad?- pregunta uno de los hombres.
-Soy lo que queda del canònigo Rosillo; asì que si ustedes han hecho todo este escàndalo para ingresar a matarme, por favor procedan, porque prefiero la pena de muerte, a esta infernal reclusiòn perpètua.
-¿Acaso no nos reconoce su reverència?...Somos indepèndentistas y Comuneros como usted...Hemos venido a sacarlo de aquì...Su sueño ya es una realidad!.
-¿A cuàl de todos mis sueños se refieren ustedes?- pregunta el canònigo con su voz quebrada por la debilidad.
-La Nueva Granada ha proclamado la independencia total del imperio español...Usted forma parte de la nueva junta suprema de gobierno- dice otro de los hombres, con gran entusiasmo...Y Andrès entra en un trance del que no puede dar credito ni fè a lo que escucha; y como el màs infeliz de los desamparados comienza a llorar a cantaros, mientras los hombres lo levantan con cuidado de la cama, y lo ayudan a bañar y a vestir; pues el canònigo està debil y no puede hacerlo todo por sì mismo...Èl simplemente dura llorando màs de una hora sin pronunciar palabra, mientras sus liberadores, terminan de aseàrlo y vestirlo, colocandole su sotana blanca que se le vè como si le quedara grande de talla, dado el peso que Andrès ha perdido en su voluntària desnutriciòn.
Los hombres lo sacan de la celda, llevandolo de los brazos; no sin antes, el canònigo guardarse en los bolsillos de su sotana, la pequeña biblia que continùa traducièndo en total secreto; le echa un ùltimo vistazo a la que fue su simple celda donde estuvo encarcelado, y luego es conducido por las escalinatas y llevado por los pasillos del monasterio, rumbo a las puertas de la libertad...Un Capuchino comienza a aplaudirlo lentamente en solitario; y a ese aplauso se le une el de otro fràile, que a la vez es secundado por otros monjes; y asì todos los monjes del monasterio se van unièndo al màs emotivo e interminable de los aplausos, mientras Andrès con sus ojos encharcados los despide a todos con una debil sonrisa, pero sincera en su corazòn...Es el aplauso de hasta siempre; de los monjes Capuchinos, a quien fue su unico recluso, y que se ganò el cariño y la admiraciòn de todos ellos por su inteligència, su amabilidad, y su sencillez...Ah!, y sus escasas clàses de francès...Es Andrès Rosillo que regresa a la vida despues de un presidio que èl no le desea a nadie...El aplauso de la totalidad de los Capuchinos del monasterio, es cada vez màs sonoro, largo y caluroso, y ahora el eco de los muros hermosos, delicados, y renacentistas, que antes habìan dejado escuchar los golpes del tronco que forzaba la puerta, ahora dejan escuchar la màs increìble ovaciòn de los monjes Capuchinos que siempre consideraron como silenciosa injusticia tener preso a tan ilustre personaje.
Los hombres que llevan a Andrès lentamente por los pasillos que conducen al gran portòn, se miran entre sì como dandose cuenta de que con la debilidad del canònigo, va a ser demasiado lento ese paso...Asì que en mèdio de los aplausos, los hombres levantan a Andrès en hombros; y en hombros serà llevado hasta la improvisada sede oficial de la nueva junta de gobierno. Entonces como si fuera un vil torero criminal homicida salièndo en hombros por la puerta grande de la plaza donde ha toreàdo, torturado, y asesinado a un pobre animal indefenso, despues de sus sangrièntas faènas de salvajismo canibal toril; el canònigo Rosillo es sacado para siempre del monasterio, con los aplausos ensordecedores de los Capuchinos a los que tambien les alegra el grito de independencia, y la libertad de su obispo amigo.
La noticia de la liberaciòn de Andrès corre como polvora, y a pesar de lo temprano de la hora, una multitud noctambula, porque cuando una naciòn en gestaciòn proclama su independencia, el pueblo no vuelve a dormir en dìas...Personas de toda indole, se aglomeran a lado y lado sin darse cuenta de que practicamente estàn haciendo una larga y curvada calle de honor, sobre las aceras que conducen del monasterio a la casa oficial de gobierno...Camino hacia su libertad, el abate es aclamado con vivas y halagos de la multitud; la misma multitud que observò hace poco màs de un año, como Andrès era llevado a cumplir reclusiòn perpètua, desde el lugar donde lo condenaròn hasta el monasterio.
El canònigo sobre los hombros de los voluntàrios, observa las calles de Santa Fè, que amanecèn en carnaval de independencia...Èl siente como si todo esto fuera un sueño del que no desea despertar jamàs...La multitud no deja de aclamarlo y lanzarle vivas; incluso algunas mujeres, olvidando la investidura de sacerdote del obispo liberado, se atreven a enviarle algùn beso a la distancia...Junto con ramos de flòres que le lanzan de todas partes
Andrès en mèdio de tremenda ovaciòn y algarabìa, es ingresado en la casa de gobierno; y con sus debiles piernas un poco dormidas, es bajado de los hombros de sus cargadores.
-De Rosarista a Rosarista; bienvenido a la libertad; bienvenido a la independencia; su reverència; Dios no olvida a sus pastores- es la voz de Camilo Torres, que se extrecha en un fuerte abrazo con Andrès.
-Dios tampoco se olvida de los indepèndentistas como tù, Camilo- dice Andrès con voz debil...-Algunos entre los que me incluyo, te dabamos por muerto desde hace algùn tiempo, mi buen amigo.
-Lo sè padre Rosillo; y no niego que en los ùltimos años sentì a la muerte respirandome en la oreja; pero tu Dios y el mìo, ha decidido que Rosillo y Torres, estemos vivos para este momento.
-No se còmo agradecerte mi liberaciòn- dice Andrès aturdido.
-Con que me digas que te vas a recuperar, y vas a volver a ser el canònigo vigoroso y entusiàsta que siempre has sido, es màs que suficiènte- dice Camilo en ese tutèo confidencial que solamente nace entre amistades remotas.
-Harè lo posible, mi buen amigo; Dios te bendiga, y el Espìritu Santo desciènda sobre toda la Nueva Granada Indepèndiente.
-Ya enviè por mi mèdico personal, para que te venga a ver; por ahora acomodate en este sillòn; y por favor revisa esto- dice Camilo entregandole unos pergaminos, mientras Andrès se sienta con dificultad. -¿Què son estos escritos?- pregunta el canònigo extrañado.
-Es el acta de independencia de la Nueva Granada; y antes de proclamarla oficialmente, quisiera que le echaras un vistazo.
-Si la redactaron abogados como tù, yo no tengo nada que revisar- dice Andrès con una sonrisa...-Siempre has sido tan buen abogado como yo, Camilo.
-Sin embargo, echale un buen vistazo; tu opiniòn tambien es importante...Claro que antes debo preguntarle a su reverència- dice Camilo cambiando al ustedeo para dar paso a la solemnidad:
-¿Acepta usted, su reverència obispal Andrès Rosillo ser vocal, personero, y asesor jurìdico de la nueva junta suprema de gobierno de la Nueva Granada?.
-En vista de la cantidad de propuestas que me han llovido ultimamente; acepto!- responde Andrès ante la risa de todos los integrantes de la nueva junta de gobierno que lo reciben con un gran brindis del mejor de los vinos.
-Por su reverència el obispo canònigo Andrès Rosillo; que desde hoy ha vuelto a la libertad, que ya ningùn chapetòn le volverà a arrebatar jamàs- exclama Camilo Torres, brindando por el inteligente Excomunero, que a partir de ahora, al igual que todos los demàs Comuneros, seràn llamados, indepèndentistas; quedando asì escrito para la historia que aquellos egresados del Colegio Mayor del Rosario; siempre tendràn que ser considerados, pilares fundamentales, de la indepèndencia de la Nueva Granada.
Andrès Rosillo aprueba los textos del acta con una bendiciòn que hace en una improvisada oraciòn que le solicitan todos, por ser el canònigo, el unico representante de la iglesia catòlica, apostòlica y romana, en la indepèndencia de la Nueva Granada; ya que en este grito de indepèndencia, al igual que ocurriò, ocurre, y ocurrirà con la alta cùria catòlica de las demas colònias hispanoamèricanas; sobretodo, la alta cùria nacida en España pero residente en Amèrica; se haràn siempre los de la vista gorda y arrimandose cautelosamente al àrbol que màs sombra les cobije para protejer su propio pellejo y los intereses terrenales de la iglesia. Sin embargo Andrès es consciènte a disgusto de estos desaires de sus superiores; circunstàncias que le permiten a èl ser el unico prelado de rango mèdio de la iglesia que con sus actitudes, practicamente da a entender que es la cuota del catolicismo, pero indepèndiente, en estos dìas tan especiales, porque su lucha indepèndentista siempre ha sido genuìna y sincera...Mientras los altos prelados de la Nueva Granada, como cobardes garzas esconden la cabeza para no tener que poner la cara; y ya no se atreven a acusar a cuanto vestìgio indepèndentista aparecìa, de "atèo"; porque saben que todo un obispo liberado llamado Andrès Rosillo, no tiene pelos en la lengua para mandarlos a comer, bendita mierda...Amèn.

A las siete de la mañana de este mismo dìa, el canònigo recibe su primer desayuno, libre, y por recomendaciòn del mèdico personal de Camilo Torres, que tan solo encuentra en el canònigo, una leve desnutriciòn, que se superarà con una buena alimentaciòn, que a la vez le devolverà sus fuerzas normales, y le regresarà su peso normal. Sin embargo en el entorno de estas proclamas, y fiestas en la que se ha hecho oficial el divorcio de el Nuevo Reino de Granada, de la corona española; se respira cierta nostalgia y tristeza, por esos compañeros de lucha que a diferencia de Andrès, no pudieron ser eximidos de la pena de muerte de los españoles, por el simple hecho de no ser sacerdotes; entre ellos el primo del canònigo, Josè Pepe Rosillo que fue fusilado el año antepasado. El canònigo en una mezcla encontrada de sentimièntos, eleva una plegària por ellos, por los que ya no estàn; porque tambien quedarà escrito para la historia; que la primera misa que se ofìcia en la Nueva Granada como repùblica libre, soberana e indepèndiente, es la ceremònia religiosa que oficia el obispo Andrès Rosillo, en la mañana del veintiuno de julio de 1.810, en la casa de la nueva junta de gobierno, en un altar improvisado por todos los de la junta...Despues de la misa, el acta de indepèndencia es firmada por todos los integrantes de la nueva junta de gobierno; el primero en firmar es el escogìdo por la junta como presidente de la Nueva Granada: Camilo Torres...Y el ùltimo en firmar el acta, Andrès Rosillo.
-Su reverendìsima obispal Andrès Rosillo; por su lucha, sus conocimièntos, y sus virtudes, esta junta suprema de gobierno lo delega a usted oficialmente, como vocal y personero- lee Camilo Torres en otro pergamino que le entrega con otro fuerte abrazo al debil obispo que como volcàn en erupciòn, va recuperando sus fuerzas, extraordinariamente, aunque sea poco a poco sin angustiarse, como se lo recomendò el mèdico.
Todos los presentes vuelven a ovacionar al clèrigo, que desde ya serà el encargado de redactar, fiscalizar, aconsejar juridicamente, y asesorar las nuevas leyes y derechos, que sentaràn las bases de una futura constituciòn que no se podrà realizar de la noche a la mañana, sino con el paso de los años.

A la semana siguiente comenzando agosto de 1.810, cuando la marèa sociopolìtica ha bajado un poco, y todo mundo se siente con sensaciònes raras, ya que estas son las primeras generaciònes que comienzan a vivir sin el domìnio de España; el canònigo Rosillo, con sus fuerzas y salud recuperandolas moderadamente, ahora sì se siente con la energìa y disposiciòn para realizar la ùnica y màs vital diligència de su vida privada y personal.
Aprovechando su regreso a la libertad y su estatus en el nuevo gobierno neogranadino; el obispo Andrès Rosillo, se dirige en un carruaje bien cabinado, rumbo al convento de las Clarisas. Sin Luz de Obando, el abate no se siente completo, ni se siente a libertad plena.
Al llegar a la puerta del convento, Andrès baja del carruaje que es conducido por un asistente peòn de Camilo Torres. Son las seis de la mañana. El clèrigo golpea tranquilamente en la puerta. El convento es tan tranquilo, que a simple vista parecièra como si no estuviera nadie habitandolo.
Andrès toca por segunda vez a la puerta. Una rejilla se abre, y se observa el rostro de una monja, que se inquieta y se sorprende al ver que se trata de un hombre en sotana blanca de obispo.
-Su reverència; disculpeme, pero no lo conozco...¿En que le puedo servir?.
-Soy el obispo Andrès Rosillo- e inmediatamente la monja cierra la rejilla y se escucha la cerradura abriendo la puerta. Cuando la monja abre el portòn y observa que efectivamente se trata de un obispo; la monja se reclina y besa el anillo obispal de Andrès, dandole asì la bienvenida.
-Ave Marìa purìsima- dice Andrès.
-Sin pecado concebida, su reverendìsima...Bienvenido a este humilde convento...¿En que se le puede servir?.
-Vengo a llevarme a mi sobrina; Luz de Obando.
-Pero primero entre y sientase como en su casa, su reverendìsima.
-Gracias hermana; aunque dispongo de un tiempo limite para llevarme a mi sobrina...Otras ocupaciònes me reclaman.
Andrès ingresa a los pasillos interiores y practicamente hermèticos del convento; y las otras monjas, al percatarse de su presència, le rinden reverència, y lo saludan con sumo respeto, recibièndolo improvisadamente con la amabilidad nerviosa de quienes reciben una visita sorpresa de un jerarca superior; asì que las monjas disponen rapidamente la cordialidad reservada unicamente para los que tienen la investidura de obispo; aunque tambien les causa extrañeza de que no se trata del obispo de Santafè, sino de un obispo distinto, que les ha llegado sin avisar, y al cual deben atender de la mejor manera. Las monjas le presentan a la madre superiora.
-Su reverendìsima; como madre superiora le doy una cordial bienvenida a esta humilde morada de Santa Clara.
-Buenos dìas y gracias madre superiora; soy el obispo Andrès Rosillo, y vengo a llevarme a mi sobrina inmediatamente. A partir de hoy yo serè el tutor de ella- dice el abate de manera rècia y cortès, mientras la madre superiora tambien se reclina y le besa el anillo obispal.
-Su reverendìsima; disculpeme pero no entièndo nada; doña Luz sì se encuentra aquì en el convento cumplièndo pena de reclusiòn indefinida por orden del virrey que dictaminò que si ella sale de aquì, quedarìa inmediatamente excomulgada- dice enfàticamente la madre superiora...Lo que obliga al obispo a insistirle en tono un poco autoritàrio.
-Madre superiora, no sè si ya estèn enteradas aquì; pero la Nueva Granada proclamò su indepèndencia hace màs de una semana; al virrey Amar y Borbòn lo estamos buscando para fusilarlo o lincharlo por criminal despota que no tiene perdòn ni siquiera de Dios; yo soy de la nueva junta suprema de gobierno; y me voy a llevar inmediatamente a mi sobrina de este convento...Y si usted, o alguna de las otras monjas me quieren causar inconvenièntes o no estàn de acuerdo; entonces serè yo el que tendrè que excomulgar a algunas de ustedes, empezando por usted, madre superiora- amenaza Andrès mientras las monjas que lo escuchan se persignan y se asustan ante el ultimatum del abate.
-Presento disculpas a su reverendìsima, si fuì descomedida; humildemente creo que no hay necesidad de llegar al extremo de la excomuniòn; ya mismo lo llevarè personalmente hasta la celda de su sobrina, para que usted se la pueda llevar- dice la madre superiora inclinando su cabeza a manera de vènia; mientras junto con Andrès y otras monjas, se dirigen a la celda oscura de Luz de Obando. Todas las monjas asumen una actitud màs sumisa y silenciosa, al observar el rostro muy serio del obispo.
Al llegar a la celda; una de las hermanas abre la puertica pequeña de la celda y Andrès ingresa con la madre superiora y otra monja; las demas esperan en la puerta. Luz duerme; Andrès la observa por unos segundos, e inmediatamente sus ojos se encharcan. Rosillo no sabe si esas calladas làgrimas, son por la felicidad de reencontrarse con su gran amor; o son por la tristeza enorme que le produce, el ver a Luz allì durmièndo en esa sencilla cama, como si se tratara de una fierecilla anesteciada, inerme, y la màs abandonada de las solitarias. Las monjas se percatan del llanto mudo disimulado del canònigo que se sienta en el borde de la cama contemplando por unos segundos màs, a su dueña demacradamente bella.
-¿Su reverendìsima desea que yo la despierte?...Ella siempre regresa a dormir, despues de rezar el rosario en la madrugada, con nosotras- dice la madre superiora en voz de susurro.
-Le agradezco madre superiora; pero yo sè còmo despertar a mi sobrina...Màs bien quisiera por favor, que dos de ustedes vayan por las ropas de ella y empaquen lo que mi sobrina se tenga que llevar como equipaje- dice Andrès mientras la madre superiora con un par de señas dispone que un par de monjas cumplan con lo que el obispo ha ordenado.
El canònigo enternecedoramente comienza a despetar a Luz, mecièndola muy suavemente. Un suspiro emite la divina diosa, a la vez que comienza a abrir sus delicados ojos marrones como si se tratara de una leoparda vapuleada. De repente sin mediar palabra, levanta su torso bruscamente al percatarse de la sotana blanca de Andrès...Ella se le queda mirando a la cara; y sin poderlo creèr, comienza a acariciar la larga chivera que Andrès todavìa no se ha quitado...Luz comienza a gemir, tocando y abrazando por todos lados a su canònigo barbudo. De la emociòn, Luz inicialmente no puede pronunciar frase alguna; toca el rostro del prelado, una y otra vez, confirmando de que no se trata de ningùn sueño...Ambos se abrazan con la màs extremecedora fuerza; lloran juntos...Sin pronunciar ni media silaba por un buen rato...Hace màs de catorce meses que no se veìan, no se miraban, no se tocaban, no se palpaban...Màs de catorce meses sin hacer el amor; màs de catorce meses sin hacer la vida.
-Tù eres tù?...¿O me morì y tu eres san Pedro con esa gran chivera?- pregunta Luz con voz ronca de recièn levantada.
-Bañate, alistate y empaca tus cosas; nos vamos ya de aquì...Hermana por favor la ayuda a bañar y a alistar para que me pueda ir con mi sobrina rapidamente- ordena Andrès amablemente a otra de las monjas que procede obedientemente a ayudar a Luz a que se levante, y ambas se dirigen al sanitario con alberca donde luz se bañarà, y luego se colocarà el mismo vestido que no se coloca desde que ingresò al convento; traje que le entrega una de las hermanas mientras el canònigo sale de la celda y nerviosamente espera en los pasillos del convento, a que su amada estè lista; mientras la madre superiora lo conduce al comedor, invitandolo a desayunar.
Una hora despues aparece Luz vestida y llevando una pequeña bolsa de equipaje muy modesto.
-Ya estoy lista para salir de aquì- dice Luz.
-Madre superiora, quiero agradecer a todas ustedes, por cuidar de mi sobrina, y ser sus consejeras espirituales durante todo este tiempo; pero ya es hora de que ella este bajo mi tutorìa. Y quiero que sepan, que a usted y a las demàs hermanas de este convento, las llevarè siempre en mis oraciònes, para que el Espìritu Santo siga custodiàndo este apacìgue convento bendito- dice Andrès mientras la madre superiora vuelve a reclinarse para besarle el anillo obispal, despidièndo asì al señor obispo que ya està pròximo a salir con su sobrina.
-Las palabras de su reverendìsima son un halago que las hermanas y yo recibimos humildemente; y en nuestro rosario pediremos siempre por usted y su sobrina- termina dicièndo la madre superiora.
Luz va salièndo con altivez, despidièndose con un simple adios. Luz y su obispo van salièndo del convento de las Clarisas, para no regresar nunca màs.

La noticia de la salida de Luz de Obando del convento, llega a oìdos de Francisco Rangel que enfurecido estalla con todas sus amarguras y maldiciònes, al enterarse de lo sucedido con su esposa.
-Cura de los mil demònios; obispo de carroña; si mi esposa Luz de Obando, no està conmigo, no podrà estar jamàs con ningùn otro hombre; mi honor no ha sido limpiado...Mal paridos ambos!!!- grita Francisco putrefacto de òdio.

En el poco tiempo que dura unida y fraternal la nueva junta suprema de gobierno de la Nueva Granada; Andrès como vocal y personero siente una gran decepciòn e inconformidad al darse cuenta de còmo con el paso de los dìas la mayorìa de los de la junta demuestran siempre lo mismo de todos los gobiernos principiàntes de repùblicas en gestaciòn: Todos quieren mandar; todos quieren ser el nùmero uno; todos creen saberlo todo; y los ideales que en la lucha fueron colectivos y de bien comùn, se van convirtièndo en mezquindades, egoìsmos, egocentrismos, y narcizismos con intereses personalistas, burocràticos, y nepotistas que desilusionan profundamente al abate.
"La declaraciòn de indepèndencia ha sido positiva, unica, e inigualable...Pero como repùblica naciènte, somos un total mierdero", piensa Andrès, mientras observa con el paso de las semanas còmo cada miembro de la junta jala para su lado, y todos quieren ser protagonistas e indispensables.
Y todas estas conclusiònes tan nefastas pero ciertas, el canònigo las deduce cada vez que regresa caminando todos los dìas, de la casa-sede de la junta, hasta la modesta casa que le ha otorgado el nuevo gobierno al clèrigo, para que viva con su sobrina, encargada de los "quehaceres domèsticos".
La alta cùria santafereña sigue mantenièndose al margen del dificil acontecer polìtico; y ni siquiera se han atrevido todavìa a llamar al obispo Rosillo para dictarle nuevas disposiciònes, porque el remordimiènto de consciència atormenta a veces al arzobispo de la ciudad, que no sabe què cara ponerle a Andrès Rosillo, al que dejaron totalmente abandonado, en el juicio que le hicieron los españoles y en el tiempo de prisiòn que Andrès pagò. El canònigo tampoco ha ìdo a presentarseles, porque en realidad sì està sentido con la alta cùria, y ademas el abate prefiere en estos momentos concentrarse en su servicio polìtico; porque queda escrito para la historia, que Andrès Rosillo es el primer cura de la Nueva Granada, que se mete de lleno en polìtica.

Esa misma noche, Luz y Andrès parecen vivir un renacer, un amor fortalecido por las visicitudes; una segunda luna de miel; el aislamiènto de ambos, presos, distanciados; en vez de apagar la llama, la avivò. La divina diosa y su venerador, se acarìcian consintièndose y se dan calor, en mèdio de una noche santafereña igual o peòr de frìa que las otras. De pronto Luz observa a Andrès, con esa mirada que solamente ella puede brindar al hombre que escogiò desde hace años, para derretirlo de amor hasta la saciedad insaciable.
-Definitivamente no me gusta tu chivera...Al paso que va crecièndote; en un par de meses te llegarà al suelo- dice Luz jugando con la chivera de su abate que sonrìe cansado sin decir nada.
-¿Sabes cuàl fue una de las cosas que me enseñaron las Clarisas?- pregunta Luz.
-¿Cuàl cosa?.
-Me enseñaron a rasurar- dice Luz sacando una espuma de jabòn que tenìa escondida en una vasija con agua debajo de la cama, junto con una barbera y unas tijeras de su mesa de noche.
-No Luz, calmate que una barbera es peligrosa si no la manejas bien- dice Andrès nervioso mientras que Luz rìe.
-No te preocupes mi amado canònigo; de verdad las monjitas me enseñaron a usarla. Cada mes, los viejitos del ancianato llegan hasta el patio del convento, donde las monjitas los rasuran, los peluquean, los limpian, y los bañan; y yo les ayudaba; asì fue que aprendì.
-Pero yo todavìa no estoy anciano.
-Pero sì estàs barbudo...Cierra los ojos.
-No Lucecita, no quiero que me rasures.
-Shhh- dice Luz besando a su canònigo mientras le cierra delicadamente con sus dedos, los làbios, y los ojos fatigados a Andrès...
Con un gesto Rosillo se resigna y decide permanecer con los ojos cerrados.
-Y para què quieres que tenga los ojos cerrados?.
-Porque te voy a enseñar a que vuelvas a confiar plenamente en tu dueña- dice Luz tan conmovedoramente que es imposible ofrecer màs resistència...El canònigo se queda dormido mientras que su emperatrìz extendiènde unas grandes toallas sobre el pecho del obispo; luego con las tijeras comienza a cortar en bloque, la chivera que Andrès se dejò crecer, hace poco menos de dos años...
Despues Luz le remoja la cara y la embadurna de jabòn para rasurar, despertando a Andrès que entredormido sonrìe.
-Ni para què pregunto còmo estoy quedando- dice el canònigo mientras intenta volver a dormir. Luz sin responderle, agarra la barbera con gran estilo y comienza a rasurar a Andrès, con la delicadeza màs sutil y manejando esa barbera como si fuera la màs experta de las rasuradoras. Ella mueve el rostro docil de su abate de un lado para otro, rasurandolo impecablemente...
Al terminar, le lava el rostro con agua de lociònes...El obispo va despertandose por el frìo que siente en su cara lavada y finamente rasurada. Luz lo observa, y sin pronunciarle palabra le señala que se levante, y se observe en el espejo. Andrès hace lo indicado y al observarse en el opaco espejo, no puede creèr lo que ve, su cara tan pulcra como la de un santo.
-Lo dicho mi amada Luz; tienes manos de diosa!- exclama Andrès mientras abraza por detràs a Luz; y ahora es èl quien agarra la rasuradora y comienza a reventar con el filo de la misma, los cierres del corsè de Luz que comienza a reir.
-Este corsè practicamente estaba nuevo- exclama Luz.
-Es para que te des cuenta, que yo tambien sè manejar muy bien la rasuradora. Y practicamente con la rasuradora, el canònigo corta los cierres y pliegues que visten a Luz hasta que ella tambien queda divina y totalmente desnuda...Andrès con su salud recuperada, y Luz con su majestuosidad renacida...Desde que ambos regresaron a la libertad, es la primera vez que haràn el amor, y los dos estàn tan nerviosos, expectantes, y con la tempestad de excitaciòn mùtua como si se tratara de unos virginales adòlescentes...
El climax sublime, el candor de la altiva musa, el edèn Luz de Obando superior a todos los placeres; el goce que ella proporciòna es el de mil doncellas ecumènicas; sagrada mujer, versiculo de clìtoris, gènesis de pùbis, amansadora de truenos y tempestades eyaculares con los que un hombre puede extasiarse morir y resucitar despues de coronar el universo...Luz de Obando; que no necesitas llevar a nadie a la gloria, porque tù ya eres la gloria erotizada. Andrès con su rostro finamente rasurado, explora su banquete de amor, desde la punta de los pies, hasta la cabeza finamente redonda, palpando con ìmpetu el rostro triangular de su marquesa, capàz de convertir en realidad hasta las fantasias sexuales màs insospechadas disfrutandolas a plenitud siendo la màs atrevida discipula de Venus, y la màs osada reencarnaciòn en una sola musa, de todas las meretrices sagradas de la historia sagrada y no sagrada. Luz de Obando ahora somete a Andrès al delicioso tormento de dejarse hacer por ella, lo que a ella literalmente le dè la gana hacer con su reverència obispal que se rinde ante su àma, la cual, despues de mucho tiempo, vuelve a marcar territorio posando su hermoso, estilizado, perfectamente escultural, y firme culo bello, en toda la cara de su canònigo al mismo tiempo que sentada en el rostro de su abate, Luz inclina su precioso busto posandolo sobre el torso de su amado; agarra esplendorosa el pene erecto de Andrès y comienza a chuparlo en el màs santìsimo sexo oral de lluvia blanca que la divina diosa saborèa sacramente mientras cabalga entronada sobre la cara de su abate que con el amor màs infinito se entrega a su propietaria tan incondicionalmente como sacerdote en elevaciòn de vino consagrado a su altar mayor hasta fusionarse por siempre, respirando eternamente los màs finos olores naturales de su reina impetuòsa y radiante en incesto de càliz sagrado; còito de ascensiòn al reino de los cielos donde àngeles, doncellas, arcàngeles y santas se unen colectivamente en la divinidad de la orgìa celestial.

Con el transcurrir de los primeros meses de indepèndencia neogranadina, la desorganizaciòn de la nueva junta de gobierno es de tal magnitud, que practicamente se va dispersando y disolvièndo sin que nadie lo decrete; y todo esto por los agarrones de poder; todos quieren mandar, ser los nùmero uno, y todos se creèn los sabelotodos...La desilusiòn de Andrès es cada vez màs patètica al ver còmo se pelean como niños chiquitos sus compañeros de junta; los agarrones a veces son tan fuertes, que Andrès discretamente prefiere ausentarse para no tomar partido ni participar de nada; dejando que se maldigan mutuamente la mayorìa de sus integrantes encabezados por Camilo Torres presidente de la nueva repùblica de papel.
"Divide y venceras"; y la junta suprema de gobierno ha quedado tan fragmentada, disuèlta e inexistente, que la monarquìa española està dispuesta a recuperar sus colònias perdidas en Amèrica; para lo cual, en el caso especìfico de la Nueva Granada, ha enviado un poderoso y numeroso ejèrcito español inmisericorde, con el armamento màs moderno disponible en esta tormentosa època por el imperio ibèrico...Ejèrcito contundènte que a la vez es comandado por un terrorìfico monstrùo abominable, disfrazado de humano, llamado Pablo Morillo; una de las peòres escòrias que España haya mandado a estas tierras colonizadas pero indomables; y que se ha puesto el àlias irònico y criminal de "El Pacificador"...Este militar de alto rango, Pablo Morillo, tan aborreciblemente inhumano; es como si la carroña y el estiercol hubièran unido su putrefacciòn para fabricar a la màs odiable de las bèstias sanguinarias, cochinas, y chapetonas, valga la redundància.
Por consiguiènte toda esta coyuntura de la "indepèndencia" en el Nuevo Reino de Granada, solamente ha durado un par de años; porque ya para este momento, año 1.812, la supuèsta nueva repùblica, sin que nadie lo sepa, ha quedado aplazada por las mezquindades. Pablo Morillo y sus tropas han llegado a Amèrica, procedentes de España; y han bajado de los barcos, dispuestos a arrasar con todo aquèl que se interponga en la recuperaciòn de estas colònias para la corona española.
"Esto ya no deberìa llamarse Nueva Granada indepèndiente, sino repùblica Patria Boba", piensan los neogranadinos màs sensatos y escèpticos.
Los que integraban la nueva junta suprema de gobierno deberàn ingresar a la clandestinidad, incluìdo su presidente Camilo Torres; ya que Pablo Morillo, con lista negra en mano, ordena buscar hasta por debajo de las piedras a todos ellos, capturarlos y llevarlos a una farza de juicio para luego fusilarlos. Despues de varias semanas de viaje en grandes caballos, Morillo y sus hombres llegan a Santafè de Bogotà, allanan la que fue la casa provisional de gobierno donde se proclamò el año antepasado la indepèndencia; allanan las viviendas de los integrantes de la disuèlta junta de gobierno, empezando por la residència donde habitaba Camilo Torres; tambien allanan la pequeña casa que le habìan otorgado a Andrès...Todo lo allanado està vàcio, no se ve un alma en su interior...La clandestinidad para reorganizarse y volver a ser una sola fuerza conjunta, se ha convertido en la forma de vida de los neogranadinos intelectuales, aristocràticos, pueblo, y eclesiàsticos que son buscados por la reimplantada justicia española que han asumido Pablo Morillo, y el nuevo virrey despota y apestoso carnicero de humanos, Juan Samano; para que nadie, absolutamente nadie, vuelva a atreverse en tierras de Indias, a retar al imperio Español.

Sin embargo, sì hay alguien que se atreve a desafiarlos abiertamente: Un venezolano excèntrico, nacido en Caracas; un metro con sesenta y dos de estatura, tez trigueña, voz atenorada, flaco como palo de longanizo, de contextura menuda, familia multimillonaria, literalmente gènio; muy poco o nada creyente en alguna religiòn; y primordialmente, ser humano que ha jurado limpiar a Amèrica de todo lo que sea mierda española. Su nombre, màs rebuscado que santoral adulterado, pero asì ha sido bautizado desde hace veintinueve años cuando naciò: Simòn Josè Antonio de la Santìsima Trinidad Bolìvar y Palacios...Quien ya ha escuchado mencionar a Camilo Torres, Antonio Nariño, Francisco Josè de Caldas, y a un tal canònigo Rosillo; que a su vez tambien ha escuchado, còmo algunos jovenes le hablan entusiàstas del tal Simòn Bolìvar, que es un valiènte extrafalàrio, que dilapida su fortuna en fiestas convertidas en bacanales sexuales para atender debidamente a soberanos sèquitos manjares de mujeres ardièntes hermosas...Y que sigue dilapidando dicha fortuna de la màs pura aristocràcia caraqueña, en la financiaciòn de nuevos ejèrcitos rebeldes a los que la gente comienza a llamar CRIOLLOS PATRIOTAS; ya que el termino COMUNERO se encuentra pasado de moda.

Despues de huir por cierto tiempo, Camilo Torres, primer EXpresidente de la abortada naciòn, es capturado por Morillo y fusilado...El sabio Francisco Josè de Caldas, llamado sàbio no porque supiera de todo, sino por ser prodigiosamente inteligente, es capturado y asesinado tambien por el monstruo Morillo...Y asì sucesivamente van cayendo fusilados, ahorcados, o decapitados, la mayorìa de los que firmaron el acta de indepèndencia de la Nueva Granada.
Desde la clandestinidad en las montañas que rodèan a Santa Fè, donde Andrès se esconde con su amada, y un ejèrcito voluntario de admiradores y partidarios del clèrigo; algunos exalumnos de èl y de Luz en el colegio Santo Tomàs; son vàrios hombres mal armados, que lo protegen a èl y a su sobrina; y se protegen a sì mismos luchando por una causa que se ha resquebrajado pero no ha muerto: La indepèndencia y la libertad de la Nueva Granada.
El canònigo terriblemente adolorido en su alma y vapuleàdo en su corazòn, se entera còmo muchos de los que ordenaron su liberaciòn y conformaron el primer gobierno frustrado de la Nueva Granada estàn siendo vìctimas de las garras de Morillo que comete toda clase de atrocidades, monstruosidades y vejamenes para recuperar la colònia neogranadina plenamente para España; neogranadinas mentes virtuosas e ilustres que hubieran podido forjar una poderosa repùblica si Morillo no hubiera truncado el proceso; proceso de fundaciòn de repùblica, equivocado y desorganizado, pero indepèndiente, soberano, y libre; y lo sagrado de la libertad, es eso; que hasta permite cometer estupideces.
Todas estàs lamentables noticias obligan a Andrès a ordenar por primera vez en su vida, la muerte.
-En el nombre de Dios padre; y en el nombre de nuestros muertos; corran la voz de que hay un baùl con oro y joyas que le serà entregado a quien haga justicia divina, matando al animal hijo de todas las putas: Pablo Morillo- ordena tajante Andrès a sus hombres mientras Luz sorprendida lo apoya, aunque ese baùl de oro y joyas que el clèrigo està dispuesto a pagar por la cabeza de Morillo, es el ùltimo baùl que les queda a Andrès y su sobrina, producto del ya un poco lejano en el tiempo, tràfico de aguardiente que continua siendo prohibìdo y considerado bebida del diablo en estos asesinos y guerreros tiempos amèricanos y chapetones. Hace unos dìas incluso, Luz tuvo que ponerse furiosa y atajar a su canònigo, porque este querìa salir de la clandestinidad arriesgandose a ìr a oficiar las exèquias de sus compañeros Camilo Torres, Francisco Josè de Caldas y demas; pero Luz y los muchachos de la escolta lograron convencer a regañadientes a Andrès, para que no saliera de los cerros de Monserrate y Guadalupe hasta el centro citadino de Santa Fè; a darle cristiana sepultura a sus amigos y compañeros de gobierno. El obispo disgustado desistiò pero con su animo y espiritualidad resquebrajadas.
-Para el sanguinàrio Morillo, no hay cura rebelde que valga; ese asesino sì es capàz de mandarte fusilar, sin màs, ni màs; èl es azufre del diablo- le tiene que decir Luz al obispo, mientras Andrès continua adolorido por la muerte de sus compañeros de gobierno y de lucha indepèndentista.

1.813, 1.814, 1815, 1.816...Años dificiles para todos, y los que estàn por venir...Pablo Morillo jamàs atraparà a Andrès, porque el obispo sabe muy bien còmo esconderse...A tal extremo que el canònigo correrà el sonoro rumor de su propia falsa captura...

-Muy bien muchachos; rieguen la voz y cuentenle a todos los curiosos, a todos los chismosos, vagos, gentes con ofìcio y sin ofìcio; y a todos los que se les atraviesen en el camino; que yo fuì capturado muy lejos, cuando pretendìa huir; y que me han enviado a las mazmorras de la antigua inquisiciòn en Valladolid España- dice Andrès Rosillo a los hombres que lo cuidan. Y el rumor se exparserà como polvora en toda la Nueva Granada; a tal grado que hasta en los anales de la historia quedarà registrada tan increìble farsa verbal de esta manera:
"El canònigo Andrès Rosillo ha sido capturado cuando pretendìa huir, y ha sido llevado por autoridades españolas hasta la càrcel de la antigua inquisiciòn en Valladolid, donde cumple estrìcta condena"...
En la càrcel de Valladolid nunca jamàs existiò registro alguno de la entrada o salida de ningùn Andrès Rosillo. Porque la historia de la humanidad la escriben siete sagradas expresiònes: La verdad, la mentira, la burla, el amor, el odio, Dios, y el diablo.
Pero Morillo tampoco podrà nunca ser asesinado por nadie, aunque la noticia del baùl de oro que el canònigo Rosillo ha ofrecido se riega tambien por gran parte del interior de la Nueva Granada, y hasta se convierte en leyenda: "Un baùl repleto de oro, entregarà el canònigo Rosillo, cuando regrese de Valladolid, a quien logre entregarle, la cabeza de Pablo Morillo para ponerla de letrina"..."Y quien quita que de ñapa, su reverendìsima apruebe que el valiente que mate a Morillo, sea el afortunado que conquiste la virginidad de la hermosa, sensual y devota sobrina del obispo".
Sin embargo es imposible pensar tan siquiera en un atentado; Morillo anda siempre con una escolta personal de màs de cien hombres; tiene mucha màs protecciòn que el virrey Samano...Cien hombres que ni siquiera permiten que Morillo sea observado a la distancia, porque lo rodean y lo cubren de tal manera, que parece que fuera un colectivo caparazòn humano de armadura...El acceso a Pablo Morillo es impenetrable, desgraciadamente. Solamente hay un hombre en toda la Amèrica hispana, igual de protegido o hasta màs protegido que èl: El tal Simòn Bolìvar.

Andrès en su montañosa clandestinidad, termina por fin, despues de màs de una decada, la traducciòn total de la biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos. El canònigo no cabe de la dicha y siente que por fin ha logrado otra de sus grandes metas.
-Aunque nunca he podido entender para què te pusiste en ese trajìn de traducir toda la biblia; si eso te hace feliz, entonces comparto tu felicidad mi amor, dice Luz a Andrès en la intimidad de esa frìa cabaña en las faldas de los cerros santafereños, que a simple vista parece deshabitada, y eso unicamente cuando logra ser dificilmente divisada, y desde donde se ve a lo lejos, la pequeña Santa Fè, invadida nuevamente por chapetones militares españoles comandados por Morillo y Samano que buscan afanosamente al canònigo Rosillo y todos los demas firmantes del acta de indepèndencia de la Nueva Granada, que todavìa quedan vivos y estàn escondidos. Morillo al enterarse de que todo un obispo le ha puesto precio a su cabeza; solamente atina a exclamar.
-Muy bien; aunque no conozco personalmente a ese fulano cura Rosillo que dice ser clèrigo de la santa madre iglesia; entonces si èl se considera representante de Dios, yo no tendrè màs opciòn que considerarme representante del diablo.
El padre Rosillo es uno de los pocos lideres rebeldes neogranadinos que falta por ser capturados; con el silencio complice o no, de la iglesia catòlica que ha decidido no tomar partido ni a favor, ni en contra de Andrès...
"Simplemente inshallah; lo que Dios disponga"; acuerdan tacitamente la alta cùria, junto con Morillo y Samano, que deciden no meterse directamente a reclamar o protestar oficialmente por la conducta insurgente de Rosillo; para asì evitar problemas con la santa madre iglesia.

-Te felicito mi traductor obispo; pero no me has respondido mi pregunta- dice Luz -¿Para què te tomaste el trabajo todos estos años de traducir del latìn al castellano la totalidad de la biblia?- pregunta ella mientras se abriga abrazada a Andrès, cobijados ambos por la misma ruana grande y pesada...El abate solamente atìna a responderle.
-Ya lo entenderàs mi princesa...Por ahora solamente te digo, que eres amorosamente bienvenida, a la primera gran base de una nueva iglesia.

Pasando uno y otro mes, Andrès, Luz y el pequeño ejèrcito mal preparado financiado modestamente por el clèrigo, deciden cambiar su lugar de clandestinidad para no ser detectados; entonces se dirigen hacia las llanuras orientales de el Nuevo Reino de Granada donde montaràn el nuevo campamento.

La campaña libertadora crece a pasos agigantados; corre el año 1.818; y es en las praderas extensas y calurosas de la capitanìa de Casanare, donde Andrès Rosillo es conducido a solas, por antiguos Comuneros, ahora integrantes del ejèrcito Patriota, que lo guìan...Serà un encuentro secreto pero muy especial, donde en la màs completa informalidad y confidencialidad, Andrès Rosillo y Simòn Bolìvar, se conoceràn por primera vez, personalmente. El clèrigo lo toma como un regalo de cumpleaños por adelantado, ya que està a semanas de cumplir en Octubre, sus sesenta años de edad.
La caravana que conduce a Rosillo llega por camino agreste y dificil, hasta un mediano cambuche camuflado en las laderas casanereñas que rodean unos rìos; Andrès baja de su caballo y unos soldados mal uniformados por lo pobres de sus atuèndos, lo conducen hasta una modesta carpa que proteje del infernal sol a quienes se cubran bajo su manto. Unas cuatro sillas acomodadas de cualquier manera y un par de jarras de agua con unos tabacos a medio fumar, y unas barajas de naipes desordenadas.
-Sientese su reverendìsima y refresquese tranquilo, que esas son jarras de aguas sanas...Ya le avisaremos al General que usted està aquì- dice uno de los guardias mestizos que han traìdo a Andrès a dos dìas de camino a caballo. El abate comprende las medidas de seguridad y los misterios que rodean este encuentro, pero es que en estos momentos, el hombre màs buscado de toda Amèrica por las autoridades españolas, es Simòn Bolìvar. Andrès toma una de las jarras de agua y no solamente se la toma, sino que se echa un poco en su cuello y cabeza sin importar que su sotana blanca quede un poco empapada, pero es que el caso es, el de un calor llanero extremo.
El prèlado de repente escucha una voz gruesa de barìtono, a sus espaldas.
-Si en Mèxico se hablarà siempre del cura Hidalgo; en nuestra patria naciènte, que en algùn dìa cercano dejarà de llamarse Nueva Granada, se tendrà que hablar siempre, del canònigo Rosillo- dice la voz firme pero amable de Simòn Bolìvar mientras Andrès da mèdia vuelta y se encuentra frente a frente con el gran militar del que tanto le han hablado. En un principio el abate se desconcierta totalmente, por la baja estatura de su interlocutor; pues se habla ya tanto de Bolìvar en todas partes, que su menuda apariència fìsica, y delgadez, casi que enclènque, es la total antitesis de la fama de fortachones, altos, y robustos que tienen los grandes estrategas, hèroes, y militares de la historia de cualquier paìs.
Simòn Bolìvar està con pantalones saltacharcos, sandàlias, torax desnudo, barba de cinco dìas, y una toalla mojada habana extendida sobre su cabeza, que lo hacen ver como si fuera un jeque àrabe en el desierto verdoso infinito de las llanuras.
-¿General Bolìvar?- pregunta inseguro Andrès.
-Asì es canònigo Rosillo; y a usted me lo han mencionado...Creame que siempre he sido un admirador de los Comuneros; incluso los Comuneros màs jovenes se han enlistado en este ejèrcito Patriota.
-Y si yo tuviera unos años menos; creame que tambien me enlistaba, General.
-Despreocupese canònigo, no todos pueden ser soldados. Pero dejeme decirle que admiro a los clèrigos que como usted antepusieron sus creèncias patrioticas, a las creèncias religiosas; colocandose la sotana de la libertad.
-Creèncias religiosas que segùn me han contado, usted no comparte mucho.
-Tiene razòn canònigo; no soy rezandero.
-¿Es atèo, General?- pregunta Andrès a destajo.
-Depende de lo que usted y los demàs curas llamen; atèos...Porque si se considera atèo al que no cree en absolutamente nada de nada; entonces yo no soy atèo, porque yo si creo en algunas cosas; a mi manera, pero creo.
-Si le sirve de consuelo, a los Comuneros tambien nos decìan y nos dicen,"atèos"- dice Andrès sonrièndo.
-¿Y son atèos todos los llamados Comuneros, o excomuneros?.
-Hubo de todo, y hay de todo.
-Creame canònigo, que en mi ejèrcito tambien hay de todo- dice Bolìvar mientras ambos rìen como si hubieran sido complices desde siempre.
En el encuentro se percibe un poco la atmosfera de intranquilidad sutil, ya que los españoles le respiran en la oreja a Bolìvar y su ejèrcito; el General es consciènte de que los chapetones le pisan los talones todos los dìas; motivo por el cual, Bolìvar no se queda màs de dos dìas en un mismo lugar. Sin embargo Andrès se sorprende de la seguridad y lo bien protegido que el General està; aunque la apariència fìsica de Bolìvar lo hacen percibir tan fragìl...Pero solamente es apariència, porque Simòn Bolìvar tiene su gran fortaleza en su interior enormemente descomunal, que es precisamente de allì, del ser interior, que el ser exterior parece incansable a toda hora y en cada momento...Su carìsma es el de el màs iluminado encantador de serpièntes.
A lo largo y ancho del continente, Bolìvar ya es un mito viviente del que se hablan tantas hazañas, la mayorìa ciertas, y la minorìa no tanto; pero para el General nunca habrà tiempo de corroborar cuales son verdaderas y cuales no.
Andrès no se ha encontrado con el mito, sino con un ser humano, tan humano como sencillo y extraordinario. Nunca el canònigo Rosillo habìa visto a alguien tan libre de formalidades, prejuicios, y remilgos...
"Que tipo tan extraordinariamente normal", piensa Andrès mientras Bolìvar lo invita a que se siente, y se tomen un buen par de vinos caseros, en unos vasos repletos màs de agua bien frìa que de vino.
-Supe que usted le puso un alto precio a la cabeza de Morillo...Y lo irònico es que ahora Morillo le puso un altìsimo precio a mi cabeza- dice Bolìvar en tono de burla fina.
-No le pare bolas General; somos muchos los que nos antepondrìamos a que alguien se atrevièra a tocarlo a usted- dice Andrès con su sonrisa despreocupada que Bolìvar capta muy bien.
-El caso es que nunca pensè que yo valiera tanto. Morillo està ofrecièndo algo asì como veinte baules segùn dicen repletos de oro- dice el General con risa.
-En cambio yo a Morillo sì lo tengo bastante desvalorizado porque solo estoy ofrecièndo un baùl de oro y joyas, pero ni una morrocota màs- dice Andrès unièndose a la risa de Bolìvar.
En mèdio de la charla desparpajada, ambos se toman confianza, conversando del ambiente socio-polìtico de esta època; pero el abate aprovecha para salir de una duda; una duda muy seria que siempre ha tenido.
-General; la campaña libertadora, tambien lucha...por la libertad de cultos?- pregunta Andrès, mientras Bolìvar abre esos ojos tan enigmàticos, ya que nunca nadie le habìa hecho tal interrogante. El General se queda pensativo por un momento con su mirada ìda.
-Se trata de la libertad, canònigo, en cualquiera de sus expresiònes. Y le digo otra cosa; en la fundaciòn de la nueva repùblica, cuando podamos quitarnos de encima toda esta escòria española, de pronto lo mandarè a buscar, para que me asesore en còmo van a ser las relaciònes de un nuevo gobierno netamente Criollo, en una nueva naciòn, con el clèro.
-Desde ya cuente con mi colaboraciòn, General- dice Andrès.
-Pero ahora respondame canònigo Rosillo...¿Por què me hace esa pregunta usted, que es todo un obispo, y que deberìa abogar por todo lo contrario; es decir por la NO libertad de cultos.
Andrès con un gesto amable, prefiere no pronunciar palabra; pero Bolìvar insiste.
-¿Acaso usted, canònigo Rosillo, piensa convertirse en...El Martìn Lutero de las Amèricas?- interroga Bolìvar rièndo a carcajadas con el obispo; sin imaginarse el General una cosa: Que no està muy alejado, en lo que acaba de decir, de los planes que Andrès piensa realizar en un futuro inmediato. Y sin imaginarse ninguno de los dos, otra cosa: Que al llamar Bolivar, a Andrès con el apodo de "El Martìn Lutero de las Amèricas", està rebautizandolo con el remoquete màs famoso con el que la historia identificarà a Andrès Rosillo.
El abate queda impactado con la personalidad arrasadora de Bolìvar. Al final, Andrès se despide de el General, con la satisfacciòn de haberse encontrado con uno de los hombres màs autènticos, descomplicados, y carismàticos que el clèrigo haya conocido en toda su vida.

El siete de agosto de 1.819, en el puente de Boyaca, el General Simòn Bolìvar, y un ejèrcito no de cantidad, pero sì de calidad de militares; derrotan a las fuerzas españolas. El virrey Samano tiene que salir a escondidas de la Nueva Granada rumbo a España, tal y como lo habìa hecho su antecesor Antonio Amar y Borbòn; pero con la gran diferencia de que esta vez, España sì reconocerà definitivamente, la indepèndència de la Nueva Granada. El monstruo Pablo Morillo tambien logra huìr sin pagar sus atrocidades. Circunstàncias que desilusiònan un poco a Andrès Rosillo, con respecto a Simòn Bolìvar; porque se rumora que el General Bolìvar negociò con Morillo el dejarlo libre, a cambio de unos soldados Criollos y unos oficiales patriotas que Morillo tenìa presos, secuestrados, y a punto de fusilar.
Pero este dìa; siete de agosto de 1.819, tambien serà el ùltimo dìa de clandestinidad de Andrès Rosillo y sus hombres. Pues todos los que fueron Comuneros, Criollos, Patriotas y demàs indepèndentistas, ya no seràn buscados nunca màs por ningùn español, ni tampoco volveràn a ser vistos como delincuèntes, o atèos. Todos ellos seràn vistos como hèroes.

Ahora sì con una independencia consolidada para la fundaciòn de una nueva naciòn libre, soberana, e indepèndiente; los aires de libertad y cambios profundos, son a todo nivel, y se contàgian por todas partes. Todas y todos quieren cambios a dièstra y sinièstra; renovaciònes; acabar con lo caduco, con tradiciònes inutiles, y costumbres inservibles...La libertad demanda metamorfosis de toda indole; y la iglesia no serà la excepciòn; la metamorfosis de la iglesia catòlica criolla la harà Andrès Rosillo con su màs sublime motor: Luz de Obando.
Sacerdotes de las nuevas generaciònes, son ahora los acompañantes del obispo Rosillo, que al salir nuevamente a la luz pùblica, es llamado por la alta curia que lo ve con arribista admiraciòn, nombrandolo obispo de la capitanìa de Cartagena y pueblos circunvecinos del Caribe.
Los sacerdotes jovenes ven en el obispo Rosillo, a un lider nato, y a una leyenda viviente; ellos tambien coìnciden en que la iglesia catòlica que heredaron de los españoles, necesita nuevos brìos, aìres y conceptos. Estos son clèrigos recièn ordenados que tampoco estàn muy de acuerdo con el celibato obligatòrio de la iglesia catòlica. En el ambiente turbulento se respira una atmosfera de que si el pueblo pudo indepèndizarse definitivamente de España, entonces la iglesia catòlica de la Nueva Granada, debe tambien ser libre de la iglesia catòlica de Roma.
-El celibato obligatorio es una rebuscada y mala interpretaciòn de la biblia. Porque en realidad el celibato obligatorio se lo inventan en el años trescientos despues de Cristo, pero para que la iglesia catòlica quede libre de herederos. Es tan solo por ese motivo netamente financiero y terrenal; pero ahì no hay nada celestial o sagrado; son inventos de la codìcia de la iglesia de Roma, para que ellos se queden con todas las riquezas financieras- dice Andrès a los doce sacerdotes jovencitos que lo acompañan desde Santa Fè hasta Cartagena encaravanados, en un viaje de dos meses en carruajes tirados por caballos y mulas; pues el canònigo al ser nombrado obispo de Cartagena, escogiò a doce sacerdotes principiantes que lo acompañen en su misiòn pastoral; ya que en Cartagena y pueblos vecinos hay parròquias que no tienen sacerdote, por la escases de pàrrocos, ya que la mayorìa prefieren hacer su sacerdòcio en el interior andino de la nueva repùblica. Aunque la verdad sea dicha, Andrès tiene planes mucho màs comprometedores para ellos; y por esas estratègias del canònigo, èl ha escogido a los doce sacerdotes que màs se les rumoran idìlios, noviazgos prohibidos, o incumplimièntos del celibato.
Y en este viaje los sacerdotes aprècian la belleza incolume de su alteza real Luz de Obando; tan tìmida y apabullante como siempre, ya que su sola presència con ese vestido azul que la viste hoy, es tan hermosamente azul como el mar Caribe que encontraràn en unos largos dìas de viaje que les falta por realizar.
Por fin, al llegar a Cartagena; notan la miseria y la patètica austeridad por las cuales, practicamente ningùn obispo, salvo Andrès, querìa medirsele a tan pobre regiòn. Sin embargo el canònigo optimista, logra percibir en tanta miseria, esa màgia unica que solamente Cartagena posee. Unos de los jovenes pàrrocos que lo acompaña es Sebastiano Mùtis, quien se ha ordenado sacerdote hace apenas ocho meses, y que se ufana de ser un sobrino-nieto del fallecido sàbio Josè Celestino Mùtis.

Y es aquì en Cartagena de Indias, perla escondida del mar Caribe, oceàno Atlàntico, donde Andrès comienza a dar su estocada final a su vinculaciòn con la ultragoda iglesia Catòlica Apostòlica y Romana, que asì como lo acogiò muchas veces, le diò la espalda otras tantas, cuando le convenìa, y hasta lo salvò de ser injustamente condenado a muerte en alguna ocasiòn...
Toda iglesia es una puta santa; incluìda la nueva iglesia que Rosillo està por fundar.
Con recursos pròpios; es decir, despuès de haber negociado en Santa Fè, antes de partir para Cartagena; el ùltimo baùl de las ganàncias del lejano tràfico de aguardiente, que igual en esta nueva naciòn continua prohibido...El mismo baùl que se le iba a dar a quien lograra matar a Pablo Morillo...Ese mismo baùl repleto de monedas, morrocotas, joyas y demàs; es la gran base financiera del...CISMA.

Andrès Rosillo adquiere en Cartagena un terreno baldìo en el que ordena comenzar a construir un templete caribeño en forma de kiosco extragigante lo màs amplio posible. Igualmente tambien se dirige a la unica imprenta que hay en Cartagena, en un pequeño estudio que tiene una imprenta viejìsima, ubicado en la parte trasera del monasterio de Santa Teresa; y allì logra sobornar a los unicos dos monjes que manejan dicha imprenta improvisada; para que sean ellos dos, de manera secreta, con la supervisiòn del canònigo Rosillo en esa rùstica y pobre imprenta, quienes fabriquen, elaboren y empasten modestamente las primeras biblias en castellano, traducciòn de Andrès Rosillo.
Los dos monjes de la imprenta del monasterio de Santa Teresa, rearman esta maquina impresora antigua, semidesbaratada e indiferente para la gran mayorìa de los otros monjes; y hasta se asustan un poco porque consideran sacrilègio traducir la biblia del latìn al idioma que sea. Sin embargo el obispo Rosillo logra convencerlos con el argumento de que la protecciòn de todo un obispo como èl, tambien es bendecida en el reino de los cielos, a la hora de llegar a rendir cuentas. Pero la verdad sea dicha; al par de monjes, lo que màs los ha convencido es lo bien pagados que estaràn por el canònigo. Los dos monjes comienzan a imprimir, empastar y fabricar las primeras biblias en castellano, con la condiciòn expresa del canònigo, de que la totalidad de las cien biblias encargadas deben estar listas, a màs tardar, el dìa en que sea inaugurado el templete.
Andrès trabaja ayudandolos sigilosa y cautelosamente.

Los habitantes cartageneros, observan desprevenidamente la construcciòn del templete como si nada, sin saber que aquèl templete, serà la consolidaciòn de...

EL PRIMER CISMA CATÒLICO EN TODA LA HISTORIA DE AMÈRICA.
Andrès Rosillo desconocerà a sus superiores eclesiàsticos, y enviarà a la iglesia Catòlica Apostòlica Romana, al diablo.
-El catolicismo de Roma puede comerse sus mierdadas de celibato enfermizo, para siempre...Al fin y al cabo la inspiraciòn divina del celibato es una gran pantomima que fue inventada para que la iglesia pueda quedarse eternamente con las riquezas materiales multisuperultramillonarias que la hacen poderosa, gracias a marionetas como yo. Pero hasta aquì fuì titere de la iglesia de Roma- dice Andrès al explicarle a su amada que lo escucha con atenciòn; todos los detalles del cisma que el genuìno canònigo, desde hace màs de una decada silenciosa y secretamente ha bendecido en su espìritu, ha gestado en su alma, ha fabricado en su cabeza; y ha inspirado en su dueña: Luz de Obando; durante todos estos años; desde el dìa que tradujo la primera palabra de la biblia en latìn, al castellano.
El canònigo Andrès Rosillo y su amada Luz de Obando fundaràn la PRIMERA IGLESIA CRISTIANA CATÒLICA APOSTÒLICA TOTALMENTE INDEPÈNDIENTE de la iglesia Catòlica Apostòlica Romana; generando asì la PRIMERA REVOLUCIÒN ECLESIÀSTICA DE LA HISTORIA DE AMÈRICA. Y nacerà en Cartagena de Indias; a orillas del mar; cerca al primer pueblito de Amèrica en declararse libre e indepèndiente durante el pasado siglo dieciocho: Un pueblo de negritudes llamado, San Basilio De Palenque; tan negro que allì se habla màs dialecto africano, que castellano...En una nueva Repùblica que Simòn Bolìvar y su gobierno patriota han decidido que jamàs volverà a llamarse Nueva Granada; sino que de ahora en adelante se llamarà...LA GRAN COLOMBIA...Y que nace practicamente al mismo tiempo que se produce el primer cisma de la iglesia catòlica en toda Amèrica...

La nueva iglesia que el obispo canònigo Andrès Rosillo bautiza con el nombre de...IGLESIA CATÒLICA, APOSTÒLICA LIBERTARIA DE AMÈRICA...En el nombre de Dios padre. Tal y còmo hace siglos nacieròn las iglesias Luteranas como cisma de la iglesia Catòlica Apostòlica Romana; y asì como naciò la iglesia Catòlica Apostòlica Romana, resultado del cisma de la iglesia Cristiana Ortodoxa; y al igual que naciò la iglesia Cristiana Ortodoxa, como cisma de los Cristianos Gnòsticos; y los Cristianos Gnòsticos, cisma de los Cristianos Primitivos; y los Cristianos Primitivos, resultado del gran cisma simultàneo que produjo la dispersiòn de los apòstoles de Jesùs...Y Jesùs aparecièndo en la historia para producir el cisma màs importante y trascendental del judaìsmo y de la historia de toda la humanidad: El Cristianismo; porque sin judaìsmo, no hubiera existido nunca cristianismo, y sin cristianismo jamàs hubiera existido ni ortodoxismo, ni catolicismo, ni luteranismo, ni protestantismo, ni anglicanismo; ni evangelismo...y asì sucesivamente.
Entonces por esas coincidèncias de la vida; Andrès Rosillo tambien funda su propia iglesia con doce sacerdotes que lo siguen y lo apoyan. Doce; el nùmero simbòlico de los apòstoles de Jesùs, porque aunque los apòstoles fueron muchos màs; su nùmero simbòlico es el doce.

El obispo Rosillo solamente està cumplièndo con los preceptos del Dios de cada quien como se quiera llamar; de que toda creència evoluciona y se hace verdadera y libre, unicamente, mediante LOS CISMAS; tal y como ocurre en todas las creèncias del CRISTIANISMO, JUDAISMO, ISLAMISMO, BUDISMO, HINDUISMO, y las demàs creèncias, religiònes, iglèsias, libros supuestamente sagrados, dogmas, y demàs; vengan de donde vengan. Y como siempre; todas juran tener la unica verdad verdadera; todas rejuran ser la unica verdad revelada de caracter divino; y todas superjuran ser el unico libro "sagrado" verdadero; el unico camino, la unica verdad y la unica vida aquì y en el màs allà...Todas son capaces de jurar eternamente eso y muchos fanatismos màs; porque olvidan que todo fanatìsmo viene de la oscuridad, pero jamàs de la luz. Y es allì, en los fanatismos, dogmas, y fundamentalismos, que todas, absolutamente todas las creèncias habidas y por haber, en medio de falsas humildades, olvidan y no quieren reconocer el principio de divinidad màs sencillo, màs noble, màs simple, màs sabio, màs honesto, transparente y verdadero: Todos los caminos de luz conducen a Dios.

"Abandonaràs a tu padre y a tu madre", dice la biblia en su Antiguo Testamento. Y asì Andrès Rosillo abandona para siempre a la MADRE iglesia Catòlica Apostòlica Romana; y a su NUNCA INFALIBLE, Y SIEMPRE HUMANO Y MUNDANO PADRE rector: El Papa.

"Y te uniràs a una mujer para ser uno solo", dice tambien la biblia; y aunque Luz y Andrès no pueden tener hijos; queda escrito para la historia, que èl y ella son el padre y la madre en divino incesto sagrado; que han gestado la primera IGLESIA CATÒLICA APOSTÒLICA NO ROMANA, que se funda en Amèrica.
De igual manera que Jesùs fundò su iglesia, entregandose como càliz sagrado al cuerpo escultural, eròtico, y bondadoso de su divina diosa Marìa Magdalena; la primera apòstol y verdadera base de la primera iglesia Cristiana que existiò...

Andrès Rosillo funda con su divina diosa sexual, maravillosa, y esplendorosa a quien le hace el amor como el màs esclavo de los apòstoles en el acto sublime màs hermoso de copulaciòn bendecida entre una emperatriz altiva de sensualidad, y su clèrigo como trono de entrega a su amada; Luz de Obando y Andrès Rosillo santificadamente desnudos en el màs amoroso rechazo al abominable y diabòlico celibato; pero en el màs eròtico cisma de divinidad fèmina que està dando origen a la nueva IGLESIA CATÒLICA, APOSTÒLICA LIBERTARIA DE AMÈRICA...Porque a lo largo de todos los tiempos, las mujeres hermosas han sido el celestial motor de todos los cismas...Es por eso que el sacro amor por Luz de Obando, es el gran mentor de la nueva iglesia que Andrès Rosillo està creàndo; tal y como ocurriò en la fundaciòn del cristianismo; no fue Juan Bautista el mentor de Jesùs...Fue el amor sublime, sexual, divino y sagrado que Jesùs sentìa por su amadìsima Marìa Magdalena; el gran mentor del cristianismo...Gracias a Dios por haber creado a la mujer, como su màs perfecta obra maestra de la raza humana, en su màs sublime resplandor de belleza. Porque la mezcla de belleza e inperfecciòn, es lo que convierte a toda mujer en perfecta mentora e inspiradora de todo cuanto existe.

El cisma que produjo Jesùs al abrirse del judaìsmo para dar origen al cristianismo, fue financiado principalmente por el apòstol Matèo, con los impuestos que logrò robarse como recaudador que era antes de ser apòstol. Tambien colaborò enormemente Marìa Magdalena, que no era ninguna puta, sino una mujer muy distinguida y adinerada; y el apòstol Tadèo que heredò una suma importante de su padre acomodado que habìa fallecido...Esos fueron aportes bàsicos financieros, para que Jesùs realizara el cisma...

Tres a cuatro siglos despues, el emperador romano Constantino financia con sus riquezas del imperio Romano, la conversiòn de Roma al cristianismo, subsidiàndo asì el separarse de las iglesias cristianas ortodoxas de la antiguedad y de Mèdio Oriènte, para producir el cisma que darìa origen a la Iglesia Catòlica Apostòlica y Romana...
Siglos despues, el sacerdote alemàn, inicialmente Catòlico Apostòlico Romano, Martìn Lutero, produce el cisma que diò origen a las iglesias luteranas, anglicanas, protestantes, evangèlicas y demàs; se lo financiaron primordialmente las monarquìas europeas de Alemania y Gran Bretaña...
Y siglos despues, en Amèrica, en una repùblica verde, rodeada por dos ocèanos; exòtica, guerrera, carnavalesca, sangrienta, y festiva; que apenas aprende a gatear y llamada, La Gran Colombia; el sacerdote inicialmente Catòlico Apostòlico Romano, Andrès Rosillo; realiza contundentemente el primer y unico cisma en toda la historia de la humanidad, financiado exclusiva, fervorosa, y alcoholicamente, por la deliciosa industria prohibida del aguardiente...En el nombre de Dios Padre...Ese lujo no se lo diò, ni el mismìsimo Jesucristo en persona.


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
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lunes, 4 de febrero de 2008

EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS (CAPÌTULO 8)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
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(ANTES DE LEÈR ESTE CAPÌTULO 8; LEE PRIMERO LOS CAPÌTULOS ANTERIORES; LOS ENCONTRARÀS MÀS ABAJO; Y EN EL LINK DE ENTRADAS ANTIGUAS)


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS


NOVELA ORIGINAL: JORGE JIMÈNEZ FLÒREZ


CAPÌTULO 8


Quince de febrèro de 1.808...Catedral Mayor de Santafè de Bogotà...Toda la èlite citadina encabezada por el virrey Amar y Borbòn, estàn reunidos como invitados especiales en la ceremònia de ascenso de siete obispos entre los que se encuentra el nuevo obispo Andrès Rosillo.
La catedral està colmada, y la gran mayorìa es todo el alumnado en plèno del colegio Santo Tomàs, incluìda la solemne coral juvenil, que junto a la coral de adultos del colegio Mayor del Rosario, de donde se egresò universitariamente Andrès; entonan conjuntamente los cànticos y responsos de la elegante y majestuosa ceremònia religiosa que es oficiada por el neuròtico arzobispo de Bogotà; ante el cual, cada uno de los nuevos obispos, tendrà que inclinarse y hacerle reverència en actitud de rìtual, tal y como lo ordena el protocolo episcopal...Con el fondo musical de las dos corales monumentalmente unidas en prodigiòsas voces y hermosos cantos religiosos; los nuevos obispos van ingresando colocandose frente al altar donde los espera el arzobispo...Los nuevos obispos estàn uniformados impecablemente con nueva casulla de color verde que ya llevan colocada cubriendolos debidamente...La casulla de Andrès es la màs llamativa porque es a la que màs se le notan los brillos dorados de los hilos de oro, en el màs hermoso bordado realizado con las delicadas manos de Luz de Obando.

En mèdio de la imponente ceremònia llega el momento cumbre donde el arzobispo pregunta en puro latìn a Andrès, y uno por uno a los demàs obispos, respectivamente.
-¿Quieres servir como apòstol obispal de el Señor nuestro Dios?.
A lo que Rosillo y los demas, uno por uno, responden tambien en latìn.
-Humildemente sì lo deseo...Humildemente sì lo quiero.
-Entonces recibe èste, el bàculo del humilde obispo con el que forjaràs el camino a Dios, de tus pastores y feligreses...Èsta, la mitra que simboliza el Espìritu Santo siempre contigo...Y èste, el anillo obispal con el que obedeceràs los preceptos de la santa madre iglesia catòlica, apostòlica y romana, representados en los principes cardenalìcios, y su santidad el Papa- dice el arzobispo en latìn mientras que el obispo ordenado recibe su bàculo, se deja colocar su mitra en la cabeza; y por ùltimo el anillo obispal en el dedo anular de la mano derecha.
-Acepto con humildad, este bàculo de obispo, la mitra, y el anillo obispal, invocando al Espìritu Santo para que desciènda sobre mis pastores, mis feligreses, y sobre mì, iluminandonos siempre, en el nombre de Jesucristo nuestro Señor, convirtièndome en su humilde instrumento...Amèn- responde Andrès en Latìn, y cada uno de sus compañeros de ceremònia obispal, respectivamente.
El momento es tan emotivo que de los preciòsos ojos marrones de Luz de Obando sentada muy hermosa en las primeras fìlas, bròtan algunas làgrimas silenciosas, pero llenas de orgullo y satisfacciòn por su canònigo. Una vez Rosillo se levanta despues de estar en el reclinatòrio orando ante el Cristo del interior de la catedral, y con las dos corales que no cesan su hermosa mùsica sacra; de la manera màs sutìl y disimulada, Andrès Rosillo hace una mèdio-reverència ante su amada, dandole a entender, que ese gran logro tambien pertenece a ella; que se percata del genuìno detalle y se lo corresponde con el mismo disimulo, moviendo levemente sus sensuàles y brillantes làbios, como quien envìa un amoroso beso en la distancia.
La ceremònia es todo un acontecimiènto, ya que es la primera ceremònia de nuevos obispos en la ciudad, en lo que va corrido de este siglo diecinueve; desde el siglo pasado no se veìan esta clase de eventos religiosos en Santa Fè...Y es por eso que la catedral està hermosamente decorada y repleta de gente.
Luz de Obando està tan elegante y bella, que como siempre ocurre, es imposible que pase desapercibida. Ella se siente muy orgullosa de su obispo, al mismo tiempo que Andrès la observa de reojo, admirando la preciosura de esta mujer que parece haberse bebido toda la fuente de la juventud sin dejarle ni una gota a nadie; porque el nuevo obispo cae en cuenta de que su escultural y juvenil propietària, està tan hermosa como cuando se enamorò de ella, siendo apenas una jovencita de diecisiete años de edad, en Simacota. Y desde entonces, durante todos estos años, los dos se han acostumbrado y se han tolerado mutuamente, con sus defectos y virtudes, en una complicidad tal, que practicamente ambos se alejaron de las familias Rosillo y Obando, para que jamàs se despertaran suspicàcias, ni se realizaran juzgamièntos o censuras de indole familiar. Por eso en esta ordenaciòn de obispos, el unico familar presente del obispo Rosillo, es su sobrina Luz; en un dìa inolvidable y conmovedor para ambos.

Despues de nueve años que lleva Andrès como rector del colegio Santo Tomàs, y Luz de Obando como "la rectora"; el relevo debe producirse; pues todo un obispo no puede ejercer como rector de enseñanza escolar, ya que hay que asumir responsabilidades màs grandes. Es por ello que el episcopado le ha otorgado al nuevo obispo Andrès Rosillo, su primera capellanìa provincial: Su tierra natal...El canònigo es el nuevo obispo de El Socorro, y allì deberà llegar a la mayor brevedad para encargarse de dirigir a los pàrrocos e iglesias de esa regìon que comprende El Socorro, Simacota, pueblos intermedios, parròquias vecinas, y capillas de veredas circunvecinas; todas manejadas desde El Socorro por el obispo Rosillo.

Los alumnos del colegio Santo Tomàs se encariñaron tanto con su vanguardista rector y su "rectora", que les organizan una despedida llena de fiesta y nostalgia. Andrès y Luz tambien se ponen tristes y no es para menos; han sido nueve años que dedicaron a transformar esa instituciòn que antes de la llegada de ellos, no gozaba precisamente de muy buena fama. Mientras que hoy dìa, es una de las màs respetadas de esta Santa Fè colonial, pagana, y horriblemente frìa...Nueve años en los que el canònigo y su marquesa conocièron de punta a punta la idiosincràcia santafereña, sus habitantes a veces distantes y pedantes; con el què diràn como forma de vida, pero en el fondo gente inocente y buena...Nueve años en los que Luz de Obando y Andrès Rosillo se han seguido amando secretamente, contra viènto y marèa.
-Colegio Santo Tomàs: Todos y cada uno de mis alumnos, estaràn siempre en mis oraciònes!- exclama Andrès ante los conmovedores aplausos que lo despiden a èl y a su sobrina, que tambien recibe una calurosa ovaciòn de hasta siempre; con las làgrimas de algunos alumnos que convirtièron a su entrañable y escultural "rectora", en su màs silencioso amor platònico masturbatòrio.
"Luz de Obando; puterìa de hembra; soberana hada de lascìvia"; piensan esos alumnos enamoradizos, observando por ùltima vez a su imponente y severa "rectora", que demora màs de dos horas despidièndose, porque ella decide hacerlo, dandole beso en la mejilla, a cada uno de los doscièntos estudiantes, sin excepciòn, del colegio Santo Tomàs, que siempre la llevaràn en el corazòn; ya que a pesar de su fuerte caracter, su fèrrea autoridad, y sus estrictos castigos; se sienten como los alumnos màs privilegiàdos que siempre seràn catalogados, los primeros alumnos en la historia de la Nueva Granada, estudiantes de un colegio de varones con prefecto de disciplina, mujer; y eso los llena de orgullo y satisfacciòn.
En el gran portòn del plantel educativo, tres carruajes parqueados, replètos de equipaje, conforman la caravana en la que viajaràn desde Santafè de Bogotà hasta El Socorro, el ahora obispo Andrès Rosillo, y su sobrina. Finalmente Luz y Andrès suben al carruaje principal, y se marchan del colegio Santo Tomàs para siempre; con el fondo musical de ochenta mandolinas que son tocadas por los estudiantes que les cantan murgas y estribillos, deseàndoles lo mejor. Los carruajes comienzan su marcha en una tarde gris y densa.
Ya en el interior del carruaje principal; desde afuera no se observa nada, porque Luz y Andrès deciden soltar las cortinillas tapando las pequeñas ventanas.
-Siento como si nos hubièran despedido cantando, doscièntos hijos tuyos y mìos- dice Andrès en susurro con sus ojos aguàdos, en el interior del carruaje donde èl y Luz pueden conversar tranquilamente en la privacidad de ese rùstico transporte, y sin ser escuchados por nadie; de un tema que hasta ahora ninguno de los dos se atrevìa a tocar, por tabù, por verguènza, por temor, o por lo que fuera.
-Doscièntos hijos- suspira el prelado...-Darìa mi obispado y todo lo que tengo, por que me dièras tan solo uno; mi adorada faraòna- dice Andrès gimièndo, recostando su cabeza en el hombro de Luz mientras ella le acarìcia el rostro...-Pero mi semilla no sirve, mi amada.
-¿Y què mèdico te dijo eso?- pregunta Luz consintièndo a su sensible canònigo.
-Ninguno...Pero no se necesita ìr ni siquiera donde el mejor de los mèdicos, para saber que soy un simple cura enamorado...Pero esteril...Es algo que asumì en silencio desde hace años...Antes de tì, tù sabes que hubo otras mujeres, y con ellas tampoco afrontè ninguna paternidad...Soy esteril mi adorada Luz, y te pedirè siempre perdòn por ello- dice Andrès estallando en llanto mientras se refùgia entrañablemente en los firmes pechos de su diosa del alma.
-Calmate mi obispo...Jamàs te he exigido nada...No tienes por què ponerte asì; ni pedirme perdòn de nada...Tù sabes que yo te acepto tal y como tù ères; esteril o no; mi amor por tì es incondicional...Asì que sequemos esas làgrimas; y màs bien respondeme una cosa.
-¿Què cosa?- pregunta Andrès mientras Luz le seca con sus manos, las làgrimas.
-¿Y si la esteril fuera yo?- pregunta Luz secamente pero mirando con profundidad a los ojos de Andrès...-Si te sirve de consuelo, siempre he pensado que la esteril soy yo.
-¿Por què lo afirmas de esa manera?.
-Porque los años me han enseñado, què desde que perdì mi virginidad a los catorce años de edad; hasta hoy; esta bella flor, es hermosa, pero no da frutos- termina de decir Luz, con una entereza admirable; ya que si ella fuera una mujer de caracter debil; no serìa capàz de reconocer algo que la atrasadìsima ciencia mèdica de este siglo diecinueve no es capàz de diagnosticar, ni de afrontar, ni de curar.
Pronto el llanto silenciòso de Andrès, se va convirtièndo en una tìmida risa.
-Todo parece indicar, que tù y yo somos una partida de estèriles sin remedio- dice Andrès.
-No, mi abate- dice Luz con gran seriedad...-Lo que todo parece indicar; es que nuestro amor es bendiciòn; aunque no tengamos hijos; nuestro amor es un culto a Dios; a nuestra manera unica e intimamente mùtua; pero es un rìto al Señor de todos los universos- dice Luz con la seguridad màs romantica y categòrica que conmueve a Andrès hasta lo màs visceral de su ser.
-Por eso tù, mi sagrada Luz de Obando; con hijos o sin hijos; siempre seràs mi màs pura eucaristìa- dice el obispo con su voz entrecortada...Y despues sin medìar palabra, ambos se dan el beso màs apasionado, mientras el carruaje cubierto, bien cerrado, y con sus cortinillas oscurecièndo el interior; aprièta el paso, gracias a los cuatro caballos que lo jalan, y que es conducido por un experto cochero que va sentado en el sillìn del exterior...Andrès recuesta a Luz en su pecho, mientras por un ojal de las cortinillas se observa pura sabana verde, que indica que el carruaje ya està salièndo de la pequeña Santafè de Bogotà, rumbo a El Socorro.

Mientras tanto los tentàculos adinerados de Francisco Rangel que finàncian parte de la corrupciòn ramplante de las autoridades españolas en sus colònias de Amèrica, y en este caso especìfico, en el Nuevo Reino de Granada; logran llegar hasta el supremo tribunal: LA REAL AUDIÈNCIA; para presentar denuncia formal por el delito de adultèrio en su encìso de abandono de hogar, en la persona bautizada con el nombre cristiano de Luz de Obando.
Francisco Rangel se presenta con su traje màs elegante; y todos los magistrados de la Real Audiència estàn reunidos en pleno.
-Agradezco a sus excelèncias, el que se hayan tomado el trabajo de estudiar mi caso, que lo unico què busca, es que se haga justicia con mi nombre y mi honor de caballero que estàn manchados desde hace ya vàrios años. Dios ilumine y bendiga a la Real Audiència, y a sus honorables y siempre sàbios magistrales- dice Francisco mientras cada uno de los magistrados lo escucha, a la vez que estudian los escritos del caso, sin quitar la mirada de los papeles.
...-Desde entonces mi legìtima esposa se encuentra bajo la protecciòn familiar y tutorìa espiritual de su tìo: Su reverència el obispo Andrès Rosillo.
Uno de los miembros levanta su mirada dirigièndola a Francisco, e interroga.
-Si su honorable esposa, convive con un familiar de ella, que es un alto jerarca de la santa madre iglesia; no es atrevida la acusaciòn de adultèrio?- pregunta el magistral, ante la mirada de los demas magistrales que ahora sì observan a Rangel, al que se le nota la vejez de una vida desperdìciada en estupideces como el honor.
-Con el debido respeto; recuerdo a este màximo tribunal, que mi esposa al abandonarme, tambièn violò el derecho de potestad matrimonial- dice Francisco apoyandose en el fino bastòn que utiliza desde hace algùn tiempo.


EL DERECHO DE POTESTAD MATRIMONIAL; es una ley de la colònia, despòticamente machista; ya que consiste en que las mujeres de esta època, no tienen ningùn derecho a la independència ciudadana, porque toda mujer sin importar su edad, ante la ley es menor de edad siempre, y por consiguiente no es totalmente responsable de sus actos; sino que està bajo la tutorìa de un hombre. Si es mujer soltera, viuda, o separada legalmente; estarà bajo la tutorìa del padre, hermano, tìo, o cualquier otro familiar masculino de primera lìnea de consanguinidad. Y si es mujer casada estarà bajo la tutorìa del esposo. Por eso jamàs una mujer de esta època podrà responder totalmente por si misma, ya que ninguna mujer es mayor de edad juridicamente hablando...Toda mujer que se respete, tenga alcùrnia, apellidos de pergamino y familia de abolengos; està obligada, literalmente obligada, a tener un hombre que responda por ella. Es decir; en este siglo diecinueve, ante la ley, toda mujer es practicamente y por indiscutible obligaciòn, PROPIEDAD PRIVADA DE ALGÙN HOMBRE...A excepciòn de las monjas, que son propiedad privada de Dios...Las solteronas, que son propiedad privada de los santos...Y las putas, que son propiedad privada del diablo...O de pronto es al revès...Las putas, propiedad privada de Dios...Las monjas, propiedad privada de los santos...Y las solteronas, propiedad privada de quièn sabe què pobre diablo.


Ese es el Derecho de Potestad Matrimonial, que Francisco està reclamando ante el tribunal de la Real Audiència; y despues de una murmorada discusiòn, los magistrales le aceptan la denuncia a Francisco Rangel, considerandola, PROCEDENTE.
-Don Francisco Rangel; este tribunal le recuerda que al considerar la denuncia, aprobada, serà remitida a la màxima autoridad de la Nueva Granada; el virrey Amar y Borbòn. Esto se podrà demorar un largo tiempo; sin embargo, para que el virrey atienda personalmente este asunto, usted comprenderà que el tiempo de su excelència el virrey vale oro...Ahora bien; si a usted le parece inadecuado destinar unos tributos monetàrios al virrey, para que èl le conceda el gran honor de atender personalmente este caso como ùltima instància; entonces la Real Audiència solamente podrìa archivar el caso, y reabrirlo dentro de quince años como mìnimo, para que vuelva a ser estudiado- expone con gran diplomàcia exasperante, otro de los integrantes del solemne tribunal.
-Està bien; estoy dispuesto a pagar al virrey los tributos extras que se requieran; pero por favor, les solicito, les ruego, y les implòro, que mi esposa regrese a mi lado lo màs pronto posible, para que asì yo pueda recuperar mi honor- dice Francisco hastiàdo de que siempre que escala un peldaño en resolver su caso, solamente lo puede hacer a punta de dinero, o de lo contrario no logra nada; ya està cansado de llevar dieciseis años luchando para recuperar por todas las vìas jurìdicas, no jurìdicas, y econòmicas, a su esposa, y a su honor...Inclùso a Rangel se le ha oscurecido tanto el alma durante todo este tiempo; que ya no piensa tanto en hacer todo esto como un acto de justicia, sino como un acto de venganza; pues èl ya considera que Luz de Obando, ademas de acabarle el honor, tambien le destruyò la vida.
-Sea!- dictamina el magistral central de la Real Audiència, dando un sòlo golpè de martillo, cerrando asì la sesiòn. Y despues de que pague los tributos al virreinato del Nuevo Reino de Granada; a Francisco Rangel, solamente le queda esperar otra vez, por un buen tiempo, a que por fin, se le resuelva su situaciòn matrimonial.

Han transcurrido cinco meses desde que Andrès y Luz llegaron a El Socorro, a vivir en la casa obispal donde Andrès controla a los pàrrocos e iglesias de la regiòn, con su eficaz colaboradora y secretaria Luz de Obando; ademas encargada de los "quehaceres domèsticos".
Para la poblaciòn de El Socorro, es todo un honor y toda una bendiciòn del altìsimo, que uno de sus hijos màs "ilustres", "bendita alma noble del Señor", sea el obispo de la regiòn; aunque el pueblo que ha encontrado Andrès en esta ocasiòn, dista mucho de El Socorro de sus años de infància, adolescència, y vacaciònes de juventud...La mayorìa de las familias actuàles son nuevas para èl, y siente cierta nostalgia por ese Socorro del siglo dieciocho que jamàs volverà a repetirse en este siglo diecinueve.
Sin embargo Andrès y Luz no alcanzaràn a cumplir seis meses en El Socorro, porque ahora sì las pruebas son contundentes, los hechos totalmente confirmados; las torturas pudieron màs que las lealtades; y el favorecimiènto del destino, comienza a darles la espalda a la diosa y su canònigo...
Madrugada del diez de octubre de 1.808...Tres de la mañana...Todo un ejèrcito de cuarenta soldados españoles en sus grandes caballos llegan, procedentes de Santa Fè, directamente a El Socorro; rodean rapidamente la casa obispal donde Andrès duerme desnudo placidamente en los brazos de su venerada emperatriz. El sonar de los cascos de los caballos despierta a ambos; alguien golpèa fuertemente en la puerta; y Andrès Rosillo con la primera prenda que se encuentra, se cubre, y se dirige a abrir la puerta mientras que Luz termina de vestirse tambien con cualquier cosa, y luego siguièndo a Andrès, se dirige igualmente a la puerta que vuelve a ser tocada esta vez con màs fuerza. El canònigo rapidamente y sin saber de què se trata, abre la puerta...Los cuarenta soldados españoles son comandados por el coronel Genaro de Salinas...La captura de Andrès Rosillo es inminente...
...-En nombre de su majestad el rey de España, àmo y señor de estas tierras de Amèrica; se ordena la detenciòn de su reverendìsima obispal Andrès Rosillo, quien serà trasladado inmediatamente, bajo estricta custodia, hasta la ciudad de Santafè de Bogotà, para ser sometido a juicio por los delitos de; pertenecer al grupo insurgente de Los Comuneros, rebeliòn contra la corona española, sabotajes, atentados, levantamièntos armados, ideologìa subversiva, publicaciòn de pasquìnes, escritos prohibìdos, y animadversiòn belicosa contra las autoridades españolas de la Nueva Granada- termina de leèr el coronel en voz alta en el momento en que uno de los guardias agarra con fuerza el brazo izquierdo de Andrès...Luz de Obando como la màs furiosa tigresa se avalanza contra el soldado que ha sujetado a Andrès, propinàndole ella al soldado el màs desgarrador rasguño en la cara con un arañazo de sus delicadas, largas pero poderosas uñas, que ponen a sangrar la mejilla derecha del soldado; y los ojos marrones de la esbelta amante se enciènden como la serpiente Còbra Reina màs peligrosa, cuando se trata de defender a su clèrigo; a la vez que otro de los guardias se limita a empujar a Luz alejandola, y dejandola caèr en uno de los sillones de la sala, y luego dos soldados la sujetan de los brazos, mientras ella intenta safarse manoteàndo a dièstra y sinièstra.
-Quitenle las manos de encima a mi sobrina, desgraciàdos chapetònes hijos de putas!!!- grita Andrès mientras todos quedan estupefactos por la reacciòn de todo un prelado...-En el nombre de Jesucristo, nadie toque a mi sobrina- ordena Andrès en voz alta, mientras todos quedan quietos y asombrados ante la amenaza del canònigo...
-Proceda con mi captura si esas son sus ordenes coronel...Pero que ni usted, ni ninguno de sus hombres toque a mi sobrina...Le recuerdo que por màs de que me arresten, yo sigo siendo un pastor de la santa madre iglesia catòlica, apostòlica, y romana...Y si me obligan, excomulgarè a todos y cada uno de ustedes hoy mismo.
El coronel de Salinas, con una seña ordena a los dos soldados que sujetan a Luz, que la suelten; a lo que los soldados obedecen. Andrès abraza a su amada como despidièndose.
-No pierdas la fè, que todo va a estar bien; ademas no puedes olvidar nuestro lema mùtuo: Jamàs nos arrepentiremos de nada- le secretèa Andrès a su amada dueña, que ante la situaciòn se ve tan bella y conmovedoramente impotente; que el canònigo le besa las mejillas secandole a su divina reina, las làgrimas con los làbios. Los guardias españoles se miran entre sì desconcertados, sin saber còmo reaccionar ante lo que estàn observando.
Por tratarse de un sacerdote, la ley española prohibe las cadenas y los grilletes para los representantes de Dios en la Tierra; a Andrès no se le colocaràn ni cadenas, ni grilletes, pero si serà llevado en caballo hasta Santa Fè, en la màs rigurosa custòdia de cuarenta soldados que lo escoltaràn durante el viaje, por delante, por detràs, y por los lados...No tendrà escapatòria por ninguna parte; y cualquier intento de rescate en el camino, por parte de los Comuneros, serìa peligroso para la vida del clèrigo. Son cuarenta soldados porque para los españoles, Andrès Rosillo es uno de los cabecillas y peces gordos de los "atèos" Comuneros.
Mientras el coronel le explica como serà el itineràrio del viaje; Luz rapidamente ayuda a vestir a su abate, delante de todos los soldados que observan como Andrès se coloca su sotana y lleva una pequeña maleta con un par de mudas, y su inseparable bìblia que continua traducièndo en total secreto.
Las autoridades españolas han planeàdo esta captura, temprano a las tres de la mañana, ya que por tratarse de un sacerdote-obispo, lo mejor es no tener problemas con la poblaciòn que podrìan dificultar y oponerse a su captura y salida del pueblo, por solidaridad con el canònigo al que le tienen gran aprècio.
Una vez toda la caravana de soldados españoles està lista para emprender el viaje llevando detenido al canònigo Rosillo; el coronel Genaro de Salinas y sus hombres, tienen que aceptar a regañadièntes, que Luz de Obando como la buena equitadora que ès, viaje con ellos...Pues la dulce amada del obispo Rosillo; se ha montado en su propio caballo, al que le ha añadido una mula con dos baùles preparados con suma urgència por la misma Luz, en donde ha empacado vestuario de ella y Andrès, màs otras cosas primordiales; y marcharà detràs de la caravana militar que lleva arrestado a su clèrigo; en un viaje que serà largo y tediòso...Pero el coronel le advièrte a Luz, que ellos no le garantizan a ella su seguridad, porque las ordenes son custodiar unicamente al canònigo Rosillo...A lo que la impetuòsa amazona hace oìdos sordos; y los acompañarà durante todo el viaje, gustele a quien le guste, y aunque le prohiban a Andrès dirigirle la palabra a su sobrina, y no pueda tener ninguna clase de contacto oral, ni fìsico con ella, durante el largo camino.
-Bienaventurados los perseguìdos, porque de ellos serà el reino de los cielos- dice el obispo Rosillo cuando los cuarenta militares españoles forman dos anillos donde Andrès sobre el caballo que le han asignado, queda en tremenda encerrona...Todos comienzan el viaje rumbo a Santa Fè de Bogotà...Los soldados chapetones rodèan y vigilan al abate pez gordo Comunero, armados hasta los dientes, como si se tratara de un delincuènte peligroso o algo asì.

Despues de seis dìas de viaje; llegan a Santafè de Bogotà, e inmediatamente es llevado a juicio el canònigo Andrès Rosillo, ante el Tribunal Real Penal Militar de la Nueva Granada, que realizarà la unica diligència judicial que existe para los sublevados ante la corona: Corte Marcial. El mismo clèrigo asume su propia defensa ante las contundentes pruebas que lo involucran hasta el cuello. Luz tiene que hospedarse en una pensiòn para señoritas de alta sociedad.
El juicio no dura màs de una semana; y los dones de excelente abogado que tiene Andrès Rosillo, esta vez no le sirven para nada ante las conjeturas, hechos, testimònios de comuneros capturados que son llevados para que testifiquen contra el abate, pero que se les nota a lèguas, a dichos testigos, que tratan de disimular los maltratos, las torturas, vejàmenes, y violaciònes de todo derecho, de que han sido vìctimas...Porque las pruebas màs que contundèntes contra el clèrigo, son practicamente irrefutables y totalmente ciertas. Esta vez el obispo està hundido sin remedio. Los españoles que lo investigaron durante todo este tiempo, supieron armarse de paciència a medida que pasaban los años, e hicieron muy bien su trabajo, aplicando aquèl maligno provèrbio que dice: "El fin justifica los mèdios"; pues al fin y al cabo no les ha importado para nada, ni sienten remordimiènto de consciència alguno por las atrocidades cometidas contra los prisionèros que tuvieron que delatar al clèrigo, hasta el dìa de hoy, cuando la carrera comunera de Andrès Rosillo, recibe su estocada final; a tal punto que ni siquiera la alta cùria se ha hecho presente en el juicio, aunque sea por solidaridad con el prelado; a pesar del gran escàndalo que ha suscitado en Santafè de Bogotà, y gran parte de la Nueva Granada, la captura del canònigo Rosillo; incluso parte de la sociedad todavìa no puede creèr que todo un obispo estè metido hasta el alma, en actividades insurgentes.
La sentencia es implacable; no hay nada màs que hacer; ya todo està consumado.
-El acusado, su reverència Andrès Rosillo, pongase de pie- ordena el presidente de la corte española penal militar de el Nuevo Reino de Granada...Andrès se coloca de pie y se limita a escuchar...La suerte està echada...
-Por los delitos de: Cofundaciòn del movimiento insurgente abominable, Los Comuneros; traiciòn a la corona española; rebeliòn a manera de levantamièntos armados; sabotajes, y ataques a las autoridades españolas que representan a su majestad aquì en tierras de Indias; màs los delitos de ideològia subversiva en apoyo a hostigamièntos y sublevaciònes armadas, publicaciòn de pasquines con escritos prohibidos que atentan contra la monarquìa; y arengas que junto con el apoyo a la lucha armada clandestina y traicionèra, han atentado contra la seguridad de los habitantes de la colonia del Nuevo Reino de Granada, atacando belicosamente la integridad fìsica de toda autoridad legìtima en esta colonia; se declara, CULPABLE, a su reverència obispal Andrès Rosillo; y por consiguiènte se le condena a la màxima pena...La pena de muerte!...Pero acatando y obedecièndo sagradamente el concordato vigente que existe entre su santidad el Papa Pìo Sèptimo, y su majestad el rey de España Fernando Sèptimo; concordato que debe aplicarse como orden, al pie de la letra, prohibièndo la pena de muerte para los representantes clericales de la santa madre iglesia catòlica, apostòlica y romana; a su reverència obispal Andrès Rosillo se le conmuta la pena de muerte, por la pena de reclusiòn perpètua- lee el presidente del tribunal militar, cuando de la manera màs abrupta es interrumpido por los gritos de una mujer desecha, demacradamente hermosa, y nadando en làgrimas.
-Ni pena de muerte, ni reclusiòn perpètua, bèstias miserables, ustedes no pueden hacer eso con un sacerdote de la santa madre iglesia; no tienen ningùn derecho, tribunal de injusticias, diablos de los mil demònios!!!- exclama a gritos desesperados la voz de Luz de Obando que es expulsada de la sala cuando los guardias españoles reciben con una seña, la orden de uno de los militares, para que la saquen del recinto.
Luz forcejeàndo y vociferando es sacada y alejada a la fuerza, de la sala...Se prosigue con la lectura de la sentencia.
-Debido al santo concordato vigente ya mencionado anteriormente, entre la santa sede y la corona española, el acusado, reverència obispal Andrès Rosillo, no podrà cumplir su sentencia en una càrcel normal, por su investidura de sacerdote. Por consiguiènte se condena a su reverència obispal Andrès Rosillo a cumplir reclusiòn perpètua, en el Monastèrio de los Capuchinos, aquì en esta misma ciudad...Reclusiòn perpètua que comiènza a partir de la fecha...Dios tenga piedad y misericòrdia de su reverència Andrès Rosillo, que ha perdido su libertad, por el resto de su existència...Comuniquese publicamente y cumplase desde ya...Sentencia proferida por el tribunal Real penal militar de Santafè de Bogotà en la Nueva Granada, en corte marcial que culmina dicho juicio contra el acusado, reverència obispal Andrès Rosillo; a los 29 dìas del mes de octubre del año 1.808...En nombre de su majestad el rey, enviado directo de Dios para salvaguardar las colònias en Amèrica!...Notificàndosele oficialmente al condenado- termina de leèrse en voz alta, sin apelaciòn de ninguna ìndole.
Andrès es sacado y llevado, desde la sede del tribunal, hasta el Monastèrio de los Capuchinos que queda a cuatro cuadras de allì; y practicamente sometido al escàrnio pùblico, porque los habitantes de Santa Fè se aglomeran alrededor para ver al obispo que es llevado fuertemente escoltado por vàrios soldados españoles; dos de ellos sujetando por los brazos, al clèrigo, a quien conducen hasta el monastèrio...
Y de quièn sabe dònde, aparece Luz de Obando entre la multitud, avalanzàndose contra el canònigo a quien abraza del cuello con todas sus fuerzas...
-Tranquilo mi canònigo, que de esta tambien saldremos- le dice Luz demasiado angustiada y en voz baja.
-Te amarè perpètuamente; mi màs sagrada virtud- le dice Andrès en voz todavìa màs baja, entrecortada, y que le sale desde lo màs profundo de su ser, secreteàndole al oìdo. Pero es lo unico que alcanzan a decirse porque uno de los guardias safa a Luz del cuello de Andrès, y tomandola del brazo practicamente la obliga a incorporarse nuevamente dentro de la multitud de curiosos. Luz con gran agilidad logra abrirse pàso para seguir aunque sea un poco de lejos, el trayecto de Andrès que junto con los soldados españoles que lo custòdian, llegan al antìguo portòn del Monastèrio de los Capuchinos; se àbren sus puertas, y los soldados hacen entrega del obispo a unos monjes que lo reciben; Andrès es recluìdo en el monastèrio; los monjes Capuchinos vuelven a cerrar sus clàsicas puertas, y los soldados españoles se dispersan rapidamente para montar guardìa dìa y noche, todos los dìas, en las afueras del monastèrio...Quince soldados montaràn guardia permanente, rodeàndo todo el exterior del monastèrio; con la orden tajante de disparar a todo lo que intente huìr por alguno de los muros del monastèrio. Los monjes se abstìenen de protestar, ya que los soldados realizan toda su guardia, pero por fuera del monastèrio.
Al cerrarse el gran portòn del monastèrio, Luz de Obando en la desolaciòn màs deprimente, estalla en llanto y se derrumba como la mujer màs desamparada y solitaria sobre la faz de la Tierra; y siendo la fièl fèmina de espìritu suceptible que siempre ha sido, se sienta en plena calle; recostada en el portòn del Monastèrio de los Capuchinos, llorando desconsoladamente cual si fuera la màs abandonada de las princesas, sintièndose "tan poca cosa", y sin importarle en lo absoluto el aguacero que comienza a caèr sobre la frìa ciudad, como si los àngeles lloraran la suspensiòn tan brusca, del màs largo y hermoso de los romances clandestinos entre un arcàngel emperatriz divina, y un canònigo que lo unico que desea en estos momentos es morirse en los brazos de la unica marquesa que logrò enseñarle lo que significa, el amor perpètuo.

Dìas despues; Luz de Obando, por ser la sobrina y unica familiar que se le conoce al abate, es autorizada para que lo visite un dìa a la semana; el dìa domingo. Entonces convirtièndose en costumbre forzada, cada domingo Luz prepara viandas y pasteles en la cocina de la pensiòn de señoritas ilustres donde està vivièndo...Despues de preparadas, las echa en una canasta y se va durante todo el dìa, a hacerle la visita supervisada a su canònigo, en el monastèrio. Andrès la recibe cada ocho dìas en su simple celda capuchina, con gran beneplàcito, tratando siempre de disimular la gran tristeza que le ha producido su encièrro perpètuo...Aunque no puede ser visita conyugal porque siempre estàn vigilados por los monjes, a los que Luz tambien obsequia viandas y pasteles; ella y el prelado tienen que inventarse practicamente un còdigo privado de señas para mirarse enamoradamente con disimulo, hablarse con los silencios y los suspiros, resignados a lo que les depare el destino; hasta los gèstos adquieren un significado especial para los dos. Mientras, los monjes van abonando buena fama, por la buena cocina de los pasteles, galletas y viandas de la sobrina del obispo Rosillo, que ellos ya asumen, que les llegarà sagradamente, todos los domingos.

Octubre del año 1.809, Andrès Rosillo llega a sus cincuènta y uno años de edad, su primer cumpleaños en prisiòn, y a punto de cumplir su primer aniversario de reclusiòn perpètua. El domingo correspondiènte a esa semana de cumpleaños, Luz llega al monastèrio con soberano ponquè gigante que demorò cinco dìas preparàndolo con dulce esmero; y en una muy discreta tertùlia, dadas las circunstàncias, junto con los monjes Capuchinos, le celebran al canònigo su mèdio siglo de vida. Luz consiènte y le hace mimos a su tìo, cuya tristeza y depresiòn son cada vez màs evidentes; pero no es fàcil animarlo.
-Creo que soy el unico obispo del mundo, que no ha podido ejercer su obispado como tal; ya que solamente fuì obispo en ejercìcio de mis funciònes, por poco menos de seis meses- dice el abate mientras se despide de su sobrina; pues la visita dominguera es en estricto horario Capuchino de nueve de la mañana a tres de la tarde.
-Prohibido rendirte, prohibido claudicar, prohibido olvidarme- le dice en voz ìntima Luz, con la unica intenciòn de que solamente sea escuchada por Andrès y nadie màs...

-Los Comuneros y demàs indepèndentistas han hecho golpes victoriosos en algunas provìncias; pero recuerda que asì como todos los Comuneros son indepèndentistas; no todos los indepèndentistas son Comuneros- termina de decirle Luz a su clèrigo mientras un monje les interrumpe, recordandole a la sobrina del canònigo, que ya es hora de que ella se marche.

Y como los males no llegan sòlos, ahora el turno es para la misma reina de corazones del obispo recluso...
En Noviembre de 1.809 la corrupciòn ramplànte de las autoridades españolas a todo nivel; lògran poner en jàque a la bella dama; y esta vez tambien la justicia volverà a ser implacable. Francisco Rangel desperdiciàndo valiosa parte de su vida en un maldito honor que solamente existe en su cabeza, y dilapidando su fortuna sobornando chapetones a dièstra y sinièstra, logra lo que parecìa imposible hasta el momento:

LA REAL AUDIÈNCIA; màximo tribunal de su majestad el rey de España don Fernando Sèptimo, en esta tierra bendecida de la Nueva Granada, con base en Santafè de Bogotà; ordena:
Apresar a la ilustre dama de sociedad, doña Luz de Obando, para que sea llevada a juicio, a responder y rendir descargos por los delitos familiares de, abandono de hogar y violaciòn al derecho de potestad matrimonial contra el afectado y legìtimo esposo de la mencionada, señor don Francisco Rangel...Cumplase a la mayor brevedad.

Y preciso un domingo cuando Luz se dirige con su canasta de pasteles y viandas, al monastèrio de los Capuchinos, para visitar a su abate; caminando a una cuadra de haber salido de la pensiòn, es detenida por dos guardias custòdios del tribunal; y dos dìas despues es llevada a juicio ante la "sagrada" Real Audiència, plagada y carcomida por la putrefacta corrupciòn; a tal punto, que en esta ocasiòn el màximo tribunal serà presidido por el mismìsimo virrey de la Nueva Granada en persona: Antonio Amar y Borbòn. Esta vez Luz de Obando està sola contra el mundo; y con su clèrigo cumplièndo cadena perpètua...

En esta ocasiòn la divina marquesa tendrà que arreglarselas solita.
En el lujoso recinto magno de la Real Audiència tambien se encuentra Francisco Rangel elegantemente vestido, esperando con actitud de digno y cara de esposo abandonado a que se haga justicia a su favor, en esta la ùltima, màs digna, y màs alta instancia a la que puede llegar un proceso judicial en el Nuevo Reino de Granada.
Luz es llevada a la bella sala de audièncias, con cierto respeto y delicadeza, pero como si se tratara de una peligrosa delincuènte o algo por el estilo...De entrada se encuentra con Francisco Rangel, al que no veìa desde hace años; ella lo ve envejecido, amargado, y lleno de resentimientos.
-Esposa mìa; te ves muy hermosa como siempre- le dice Francisco.
-Y usted se ve muy rencoroso como siempre- responde Luz con gran frialdad; cuando de repente uno de los guardias anuncia en voz alta.
-Todos de pie...Su excelència virreinal Antonio Amar y Borbòn!- pronuncia el guardia, a la vez que todos se colocan de pie inclinando la cabeza en señal de respeto al virrey que se dirige al sillòn principal y se acomoda; a la vez que revisa unos pergaminos que èl ya ha estado estudiàndo con anterioridad. Luego levanta su mirada, y con sus ojos penetrantes observa en el banquillo de los acusados a Luz de Obando, como reconocièndo en ella la belleza de la que siempre le habìan hablado y que escasamente habìa podido apreciar de manera fugàz, hace menos de un año en la catedral durante la ceremònia de graduaciòn de obispos de Rosillo.
Se inicia la sesiòn; se escuchan los descargos enagenados de Francisco Rangel...Luz solitaria, unicamente atina a defenderse casi que de manera infantil, con los argumentos rebuscados de las costumbres pecaminosas e impùdicas de Rangel. Ella no ha tomado consciència de que ante el virrey y la Real Audiència, el abandono de hogar, y la violaciòn al derecho de potestad matrimonial son delitos graves pertenecièntes a los cànones del adultèrio.
El juicio no dura màs de dos horas, donde los animos nunca se caldean, por el respeto que el virrey inspira. Amar y Borbòn trata a Luz como la gran dama glamourosa que ella ès, incluso en situaciònes dificiles como esta; y hasta trata de terciar con ella.
-Doña Luz de Obando, le ofrezco una de dos opciònes; usted escoge: La primera; la reclusiòn en un convento hasta que usted enmiènde su error y su violaciòn al derecho de potestad matrimonial, reconocièndo en su esposo don Francisco Rangel, su legìtimo protector como señora ilustre que usted ès, y encargado de responder por usted a todo nivel...
O la segunda opciòn; que usted como la mujer respetable e inteligente que ès, enmiènde su abandono de hogar, regresando inmediatamente al lado de don Francisco Rangel, reponièndole su honor desechado, y permanecièndo al lado de èl como su legitima esposa, con todos los derechos y deberes conyugales, hasta que la muerte los separe; tal y como se los dictaminò a ustedes dos, el padre Andrès Rosillo, el dìa que los casò. Y si usted escoge està segunda opciòn, le puedo asegurar digna señora, que yo en mi alto fuero de virrey y màxima autoridad de el Nuevo Reino de Granada; me comprometo a darle su libertad inmediatamente, doña Luz de Obando; archivando este juicio para siempre...Le repito que usted escoge, distinguida señora de Rangel- termina de proponer el virrey con una tensa calma, una falsa diplomàcia, y una sincera caballerosidad y sarcasmo. Todo el recinto permanece en silencio, y todos ponen sus ojos expectantes en Luz, a la espera de su respuesta; no sin antes, ella mira por unos segundos a Francisco, con ràbia y arrogància...Finalmente suspira profundo y da su respuesta con respeto pero tambien con entereza al tribunal de la Real Audiència y el virrey Amar y Borbòn.
-Su excelència virreinal; agradezco su buen trato para conmigo, y las opciònes que me brinda para resolver de una vez por todas esta situaciòn...Pero jamàs yo podrìa regresar al lado de un hombre que nunca he amado, no amo, y jamàs amarè...Y que màs que respeto, sinceramente me inspira una profunda làstima...Esa es mi decisiòn, y quedo a disposiciòn de lo que su gran merced y la Real Audiència sentèncien para mì; pero me es humanamente imposible regresar al lado del señor Francisco Rangel.
-¿Està completamente segura de su escogència doña Luz?- pregunta el virrey.
-Completamente segura su excelència.
El virrey ahora observa a Luz, con una mezcla de desconcierto y admiraciòn.
-Solamente una ultima pregunta doña Luz- interroga el virrey...¿-Si nunca lo amò; entonces para què se casò con èl?.
Un mutismo triste se apodera de Luz, ocultando sus verdaderas razones que jamàs revelarà por su amor a Andrès.
-Errores de jovencita, su excelència; errores malditos de jovencita- dice Luz escuetamente y con sus ojos aguados.
Otra vez el silencio se apodera del lujoso recinto mientras el virrey observa a Luz, con malìcia, pues èl ya sospecha muy seguro, de que ella està ocultando algo que nunca revelarìa ni aunque la mataran. Entonces resignado; el virrey Antonio Amar y Borbòn, dicta sentencia.
-En mi calidad de virrey y màximo rector de las buenas y sanas costumbres de la Nueva Granada, esta Real Audiència condena a la distinguida dama y señora doña Luz de Obando, a la pena de reclusiòn indefinida en el convento de las monjas Clarisas ubicado en esta misma ciudad de Santa Fè...Hasta que la condenada decida enmendar sus delitos de familia y hogar, regresando por siempre al lado de su esposo don Francisco Rangel...Hasta entonces, una vez la acusada ingrese al interior de dicho convento, jamàs podrà huir de allì; so pena de ser excomulgada en nombre del Dios Todopoderoso; y exclusivamente podrà salir de dicho clàustro, cuando ella cambie su actitud equivocada y decida regresar a su legìtimo hogar, al lado de su caballero respetado y legìtimo esposo, señor don Francisco Rangel, a quien deberà ser entregada doña Luz, el dìa que ella decida salir del convento para ser nuevamente la digna esposa y devolverle asì el honor, a don Francisco Rangel...Se cierra la sesiòn y se cierra el caso!- termina de sentenciar el virrey.
Despues Luz es sacada del palacio de justicia de la Real Audiència, y la suben a un carruaje de custòdios que la llevaràn hasta el convento de las Clarisas a purgar su pena en total encierro, solitaria y aislada en una celda religiosa frìa y austèra.
En esta època, la excomuniòn es considerada tan grave, que a quien se excomulga, ya no se le trata como ser humano, sino como el màs miserable animal, la peòr alimaña, o la màs desgraciada piedra; y pierde absolutamente todos los derechos y protecciònes ante las leyes judiciales, las leyes patrimoniales, y las leyes sacramentales; por eso Luz se toma muy en serio, aquello de no fugarse del convento so pena de ser excomulgada.
Igualmente en este siglo diecinueve no existen las càrceles para mujeres; motivo por el cual toda mujer que delinque y es condenada a pagar càrcel, o es privada de la libertad, tiene que hacerlo en instituciònes religiosas que por lo general son conventos.

Dentro del carruàje custòdio que la lleva al convento, a que la encierren indefinidamente; Luz de Obando llora, màs que por la condena; por la profunda tristeza que le produce el que la separen tan miserablemente de su canònigo; ya que ni siquiera le permitièron que se despidiera de èl, aunque fuera con una simple nota escrita; le negaron hasta ese simple derecho.
Francisco Rangel, se va de Santa Fè terriblemente decèpcionado y deshonrado; pues de nada valièron tantos años mal gastados, tantos dineros sobornados, y toda clase de vericuètos legales y no legales para recuperar a su esposa, si ella ha preferido que la encièrren, antes de cualquier cosa. Francisco con el veredicto ya dictado por el virrey, y lo que su esposa habìa declarado en el juicio y dicho de èl; llena de ràbia aùn màs su corazòn, comenzando a profundizar el màs maligno odio por su legìtima esposa.
"Luz de Obando; por enesima vez te has cagado en mi honor, y eso no tiene perdòn de Dios", se repite a si mismo una y otra vez Rangel, mientras su alma se va envenenando con el màs peligroso aborrecimiènto por la mujer, segùn èl, causante de todas sus deshonras y desdichas.


Al llegar al convento, prisionèra, Luz de Obando es recibida por la madre superiòra, que la trata con una mezcla de respeto pero tambien de severidad. Luego las monjas la trasladan a la celda tènue que serà su nuevo hogar; y la madre superiora le explica y le obliga a aprender de memòria el estricto reglamento del convento; los pocos derechos y los muchos deberes que ella tendrà que cumplir; reglas como despertarse a las cuatro de la mañana a obligatòrio rezo del rosario; prohibiciòn total de deambular por el convento, salvo de la celda a la capilla para los rezos del rosario; prohibiciòn estricta de congenìar con las monjas; solamente podrà pedir lo que necesite, o hablar, con la madre superiora y con nadie màs; prohibido toda clase de maquillaje; que a Luz no le hace falta para nada, porque hasta con la cara completamente lavada se ve hermosa; lo que algunas monjas espantosamente fèas tàchan de, belleza diabòlica...Luz es obligada tambien a realizar asèo impecable de su respectiva celda y sanitàrio, a los que se les pasarà revisiòn tres veces por dìa; y si Luz se revela podrìa ser enviada a una celda calabozo de castigo y meditaciòn; y si todavìa se rebelara màs, entonces la expulsiòn del convento a la fìsica calle, y fulminantemente excomulgada...

Al entrar al convento, se le exige a Luz que se desnude, y se le decomisa la ropa que tràe puèsta; se le hace prohibìcion severa de usar la elegante ropa a la que ella està acostumbrada; por lo que la divina dama solamente podrà usar las mantas grises y enterizas que le dan las monjas, y que le cubren todo el cuerpo, como si fuera un fantasma en pena; el cabello siempre recogido y cubierto con una pequeña gorra del mismo color; mantas de tela simple, exactamente iguales que le dan las monjas, por tratarse de una reclusa.

El destino parecièra haberse encizañado contra Luz de Obando y Andrès Rosillo...Ahora ambos estàn privados de la libertad y distantes el uno del otro...El canònigo preso en el monastèrio de los Capuchinos, y su adorada, presa en el convento de las Clarisas.
El obispo Andrès es informado de todo lo que ha sucedido con su sobrina; y entra en un ataque de intensa ìra y dolor.
-Yo te maldigo Francisco Rangel...Estès donde estès yo te maldigo y te excomulgo por siempre, hijueputa Francisco Rangel...Mal parido sea todo tu estupido honor, gamonal de los infiernos!- grita encolerizado una y otra vez, Andrès, hasta que unos monjes entran a su celda y le dan a beber aguas con plantas somniferas, para que duerma profundamente. Y efectivamente el clèrigo duerme placidamente un dìa entero; pero al despertarse entra en el mutismo màs depresivo, el letargo màs lastimoso, y la tristeza màs desoladora. Algunos monjes intentan dirigirle la palabra, pero el abate con sus ojos ìdos, observa el piso, sin levantar su mirada...Y sin responder absolutamente nada.
-Es como si su reverència se hubiera ìdo de este mundo, dejandonos su cuerpo latièndo- dice desconcertado el monje superior, cuando intenta frustradamente con una cuchara, darle algunos sorbos de caldo al canònigo y adulterino, que lleva dìas enteros sin querer probar bocado alguno...Sus fuerzas se debilitan, y la desesperanza lo embarga; porque el obispo puede soportar todo el daño que le hagan a èl; pero es incapaz de soportar tan siquiera un segundo, que le propinen daño alguno a su reina de amor, a la luz de su existir, a su capilla eròtica. Llega un momento en el que para no permitir que su salud alimentìcia se continùe afectando, a Andrès los monjes practicamente le tienen que meter los alimentos en la boca, y luego presionarsela con maña para que mèdio los mastique y los pase...Andrès Rosillo devastado, està dispuesto a dejarse morir de inaniciòn; pero los monjes Capuchinos que le tienen aprècio, no se lo van a permitir...Pierde peso, se deja crecer la chivera, y pasa los dìas enteros, acostado sin mover ni un dedo; ni siquiera volviò a dictar las clàses de francès que le dictaba a algunos monjes.
El monje superior del monastèrio, trata de animarlo un poco, al hacerle saber que se hizo una gestiòn para que Rosillo y su sobrina intercambien correspondència que serà llevada y recogida por dos monjes que iràn del monastèrio al convento, y del convento al monastèrio, una vez por semana...Pero hasta eso fracasa, porque Luz y Andrès no se arriesgan a intercambiar cartas de amor..."Serìa muy arriesgado, porque donde la correspondència fuera violada, saldrìa a la luz pùblica, uno de los romances màs secretos de la colònia"...piensa el canònigo con malìcia en mèdio de su profunda depresiòn...Atarìan conjeturas y suspicàcias, que podrìan ser una trampa para que tanto su amada como èl, muerdan el anzuèlo; y por eso el clèrigo por fin vuelve a hablar despues de vàrios dìas de silencio voluntàrio, pero solamente lo hace para agracerle al monje superior la gestiòn realizada; porque èl no se atreverà a escribirle ni una letra a su veneraciòn divina...Y como el pacto tàcito màs leal, Luz tampoco se atreve a escribirle ni una palabra a su prelado del alma al que extraña màs y màs cada vez que respira...Ambos se cuidan mutuamente de no dejar escritos de ninguna ìndole que delate su romance...Son tiempos dificiles, y no se puede confiar en nada ni en nadie por màs amable y comedido que parezca.

En el convento Luz tambien permanece muy tranquila pero pusilànime, encerrada en su celda. A la divina marquesa, le preocupa màs la soledad de su obispo, que la suya propia.

Desde la captura del prelado en El Socorro, han transcurrido los veinte meses màs largos en la vida de Andrès Rosillo y Luz de Obando...Pero hasta hoy; 19 de Julio de 1.810; porque este serà el ùltimo dìa en que reinarà la tranquilidad en el monastèrio de los Capuchinos, el convento de las Clarisas, Santafè de Bogotà, y la Nueva Granada. El universo ya està perfectamente confabulado para lo que ha de ocurrir. Cuando la historia decide producirse, no hay poder humano que lo impida; pero sì hay muchos poderes humanos que la protagonizen. Luz y Andrès ni se lo imaginan; nadie lo imagina en todo el Nuevo Reino de Granada porque las cosas se daràn espontàneamente por bendiciòn de la divina providència. Al canònigo Andrès Rosillo ni siquiera se le pasa por la cabeza, que el sòlido grano de arena que èl sembrò en sus años mozos indepèndentistas, y continuò cultivando en su adulta vida clandestina de Comunero, por fin darà sus frutos, que a su vez se uniràn a otros frutos tambien de fuerzas humanas de una naciòn, a punto de parir la màs caòtica sinfonìa de libertad desesperada, sediènta de profundos cambios a todo nivel.
Andrès Rosillo, que por pena profunda de amor, se ha convertido en pastor de poca fè; no se imagina que el Dios a quien le ora de manera consciènte y hasta inconsciènte, ha decidido, que el abate vuelva a ser el trono de su diosa eròtica; el tallo del jazmìn de su dueña estilizada que imponente volverà a unir su orquìdea negra vaginal, con su unico y màs leàl esclàvo de adoratrìz; que regresarà ante su institutrìz de Èros, angelical, pudorosa, luz y oscuridad, luna y sol, armonìa y melodìa, galàxias y universo, Adàn y Eva, Zèus y Apolo, Isis y Osiris, Agar y Abraham, Magdalena y Jesùs, Cleopatra y Marco Antonio, Papiza y Papa; Luz de Obando y Andrès Rosillo en la danza copulada màs celestial que solamente puede inspirar la vènus perpètua neogranadina de divina conscupiscència en catedral primada llamada Luz de Obando...La unica persona sobre la faz de la Tierra; que le pondrà unas àlas màs grandes a su abate, para que ambos vuelen mucho màs alto; la unica reina que le devolverà a su obispo, la gran fè perdida; y que le regresarà a su prelado, la inspiraciòn bendecida...Luz de Obando, la unica puta liturgica, dama angelical, y diosa subliminal, que a su Andrès Rosillo, resucitarà con la fuerza màs descomunal.
"Oh! mujer de adoraciòn multiorgàsmica; no vuelvas a intentar enseñarme a vivir sin tì; porque prefiero ser tu esclàvo por siempre".

Mañana serà otro dìa; totalmente diferente y convùlsionado; en el màs fenomenal, iluminado, y maravilloso poder de la oraciòn.


EL CANÒNIGO Y ADULTERINO DON ANDRÈS
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